Amamantar a mi hija no fue nada fácil. Al intenso dolor que sentí a causa de tener los pezones lastimados, se sumó el hecho de que no pude producir la cantidad de leche necesaria para las necesidades de mi pequeñita, por lo que tuve que recurrir a la fórmula. Si estás pasando por una situación similar, estos son algunos mitos y realidades que debes conocer.
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Imagen vía Corbis
Sigue las instrucciones
Las instrucciones de preparación de la fórmula deben seguirse al pie de la letra.
¿Puedo usar leche de vaca?
NUNCA des a tu bebé leche de vaca antes de cumplir el año (aunque sea poco), ya que le puede afectar a los riñones y producir anemia.
La fórmula se conserva horas después de preparada
Para nada, nunca debes dejar fórmula a temperatura ambiente por más de una hora. Si tu bebé no termina de consumirla se debe desechar.
Está bien usar el microondas
Tampoco es correcto. Calentar la fórmula en microondas no permite que el líquido se caliente uniformemente. Solo se debe calentar al baño María.
Busca ayuda
Una forma útil para ayudar a un bebé a realizar la transición de la leche materna al biberón es hacer que alguien diferente a ti lo alimente.
Regurgitar es normal
No debes alarmarte si tu bebé regurgita, aunque no debes confundirte con un vómito. La regurgitación puede ser simplemente un indicio de que tu bebé está consumiendo el líquido muy rápido.
¿Cuánta fórmula debe consumir un bebé?
Si estás alimentando exclusivamente con fórmula, tras el primer mes tu bebé debe consumir alrededor de cuatro onzas cada cuatro horas. Después de los seis meses consumen entre seis y ocho onzas unas cinco veces al día. Sin embargo, no te preocupes si tu pequeño no sigue esta medida. Mientras su peso sea normal y esté ganando libras constantemente, todo está bien.
El alto contenido de hierro causa estreñimiento
La cantidad de hierro que contiene la fórmula es la necesaria para que los bebés no desarrollen anemia, pero no tanta como para que empiecen a sufrir de estreñimiento.
Se deben hervir los biberones tras cada uso
Lavarlos con agua caliente y jabón es suficiente, eso sí, nunca te olvides de lavarte las manos antes de cambiarle el pañal a tu bebé.