¿Por qué pensar que el aislamiento en la habitación o en una silla es la mejor opción para disciplinar a nuestros hijos? Debo confesar que por mi mente sí ha pasado hacerlo. Es que, ¡claro que parece ser mejor alternativa que los golpes o los castigos! Pero, ¿te has preguntado si realmente es lo mejor? Aquí te explico algunas desventajas para que las consideres.
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Imagen vía Corbis
Puede provocar venganza
Cuando estás muy enojada, quizá le digas: "Y ahora para que se te quite, te vas a tu habitación sin televisión". Ojo, ya que puedes fomentar sed de revancha y, en la medida que se siente molesto, buscará cómo irritarte. Evita disciplinar con la emoción encima, y retira la frase: "Y ahora para que se te quite…".
No desenfoques la intención
Pedirle que se retire para que no te altere más, es darle la responsabilidad total de tu tranquilidad. Es necesario que también tomes en cuenta la suya, pues cualquier estrategia para disciplinar debe ser a favor de la formación del niño, no solo de tu calma.
Que no sienta rechazo
Tienes la intención de que reflexione sobre su conducta, sin embargo, tu hijo puede sentir que lo rechazas, y que solo lo aceptas y lo quieres cuando está de buen humor. Ten cuidado porque esto puede generarle dificultades para expresar sus emociones reales.
No aporta aprendizaje
No pierdas de vista que son niños en proceso de aprendizaje. Sus conexiones cerebrales se forman con las experiencias repetidas, como cuando aprendemos a manejar un auto. Si lo aíslas, no aprenderá porque no aporta ninguna experiencia.
Podría aumentar estrés y ansiedad
Las emociones alteradas generan condiciones poco favorecedoras para la relajación y la calma. No le pidas que se tranquilice porque será infructuoso. El aislamiento puede llevarlo a un nivel mayor de ansiedad y frustración, por la impotencia que siente ante lo sucedido.
Puede causarle vergüenza
Si lo envías a su habitación o lo aíslas cuando está frente a otros, puede sentir que estás en su contra y no a su favor, y que lo humillas en lugar de protegerlo.
No resuelve el sentimiento real
Si lo aíslas, no te conectas con lo que necesita. Así que, aprende a descifrar lo que te quiere decir con su conducta. Los niños aún no saben poner en palabras sus emociones, y dan mensajes ocultos a través de las acciones. Quizá solo busca tu atención y tu cercanía.
Limita la solución de problemas
Aprenderá las soluciones a partir del contacto genuino que tenga contigo, y esto ocurrirá luego de que comprendas lo que te quiere decir con su conducta. De lo contrario, la única solución que encontrará será echarte la culpa de toda la frustración que siente.