Todas queremos lo mejor de lo mejor para nuestros hijos, especialmente en lo que a su educación se refiere. Pero a veces los maestros están tan atareados con todas sus responsabilidades que es casi imposible que le dediquen tiempo individual a cada uno de sus alumnos.
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Lo bueno es que hay maneras en las que puedes asegurarte que tu hijo resalta en su salón de clases. Sólo tienes que seguir los próximos cinco consejos.
Que siempre llegue a tiempo a la escuela.
Asegrarte que tu hijo llegue a la escuela a tiempo–con la excepción de raros incidentes fuera de tu control–debería ser una prioridad para ti. Piensa que no es justo que un salón entero se atrase por culpa de una persona que simplemente no puede organizarse bien. La puntualidad de tu hijo lo hará resaltar ante su maestra y, de paso, le enseñará a tu pequeño la importancia de respetar el tiempo de los demás.
Eleva su confianza en sí mismo.
Una buena amiga mía es maestra de octavo grado en una escuela en Nueva Jersey y dice que le encanta cuando la personalidad de sus estudiantes sale a relucir. "Me gustan todos mis alumnos la mayor parte de las veces", dice Kimberly Porter. "Pero a los que realmente amo son los que confían en sí mismos sin ser creídos". Asegúrate de felicitar a tu hijo por su madurez, responsabilidad y motivación, para que sepa la clase de comportamiento que se espera de él. Y recuerda que el establecer confianza en sí mismos es crucial durante los años escolares, tu hijo también tiene que aprender a ser respetuoso con y alentar a sus compañeros.
Insiste en la importancia de tener buenos modales.
Seguramente te has dado cuenta de una cosa en común en todo lo que hablo aquí: respeto. Si tus hijos son respetuosos para con sus maestros y compañeros, si son amables y es agradable estar con ellos, todos–incluyendo sus maestros–se darán cuenta y actuarán del mismo modo. Es el trabajo de los padres asegurarse que sus hijos sepan cómo tratar a la gente. Si sigues sólo uno de estos consejos, éste es la más importante.
Comunícate con su maestra con regularidad.
No seas la clase de madre que llama o le manda un email a la maestra de su hijo todos los días, varias veces al día porque quieres saber por qué se sacó una B en su último examen, pero sí es importante que establezcas una línea de comunicación abierta. Debes poder presentarle cualquier inquietud de inmediato y discretamente, y recuérdate que debes ser paciente–los maestros son personas ocupadas que se levantan temprano, trabajan todo el día y cuando llegan a casa siguen trabajando aunque tienen sus propias responsabilidades en el hogar. Ah, y sé siempre amable, no vaya a ser que dejes una mala impresión y eso afecte a tu hijo o hija.
Asume un rol proactivo.
Aprender no es algo que solamente se debe dar en el salón de clases. De hecho, la mayoría de los maestros hacen mejor su trabajo cuando sienten que tienen un verdadero apoyo de parte de los padres de familia. Conversa con tus hijos acerca de lo que están aprendiendo, anímalos a explorar los temas de manera indepediente, ayúdalos con sus tareas y asegúrate de que descansen bien, coman bien y estén bien preparados para el siguiente día escolar. Tus esfuerzos seguro reflejarán en su rendimiento y sus relaciones escolares.