¿Te imaginas que tu bebé llegue al mundo sano y que por la mala praxis del personal médico del hospital donde nació, termine con daño cerebral por algo tan común como lo es la ictericia? Pues eso fue lo que les ocurrió a Ed y Laura-Faye Oro, a quienes cinco comadronas o parteras les dijeron que su bebé venía con ictericia, pero ni los médicos ni enfermeras lo diagnosticaron. Peor aún, lo dieron de alta al día siguiente después de nacido y sobrevino lo inesperado.
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A los pocos días, los angustiados padres regresaron al hospital con su bebé. El niño tuvo que ser internado en la unidad de cuidados intensivos. Resulta que la sustancia que produce la ictericia, es decir, la bilirrubina, que es la que hace que la piel y ojos del bebé se tornen amarillentos, también puede producir daño cerebral.
Al sol de hoy, los médicos no saben a ciencia cierta si el bebé podrá hablar o caminar normalmente. ¡Qué horror! Las cinco parteras que vieron a Laura en los días previos al nacimiento, le dijeron a la futura mamá que la ictericia no era de preocuparse.
Cuando nació mi primer hijo también tuvo ictericia leve. Mi neonatólogo me dijo que no era de preocuparse y que expusiera al bebé al sol. Durante una semana lo asoleaba en el balcón de mi casa hasta que el tono amarillento desapareció. Y aunque mi doctor me dijo que no me preocupara, claro que me preocupé.
Como dice mi mamá, con los hijos ningún cuidado es extremo. El problema con el bebé que nos ocupa es que los niveles de bilirrubina se dispararon, se produjo un daño cerebral irreversible y ahora es posible que hasta necesite atención las 24 horas del día.
La ictericia es causada por el exceso de bilirrubina, una sustancia química que se produce en la sangre cuando los glóbulos rojos se descomponen y que normalmente se retira en el torrente sanguíneo a través del hígado. Como el hígado de los recién nacidos no está del todo desarrollado, se calcula que seis de cada 10 neonatos sufrirán de ictericia.
El tono amarillento de la piel y de la parte blanca del globo ocular es similar al de los pacientes con hepatitis o cirrosis hepática. Además de los baños de sol, la ictericia cuando avanza se trata con unas lámparas especiales que descomponen la bilirrubina. En casos más severos los bebé deben recibir transfusiones de sangre.
Creo que ni con algo que parece tan común y sencillo de tratar debemos descuidarnos. Si tu bebé o el de algún familiar o amigo sufre de ictericia, comparte esta historia. La ictericia no debería durar más de tres o cuatro días si el bebé está sano y se le expone al sol.