
Cuando nos convertimos en madres uno de los temas que más nos preocupa es la salud infantil. En mi caso, si mis niñas enferman, suelo enfrentarme al dilema de no saber con certeza si debo o no llevarlas al médico, pues soy consciente de que no siempre es necesario hacerlo.
Pero, ¿cómo saber cuando se trata de una emergencia? La respuesta está en saber identificar los síntomas de algunas afecciones que pueden ser muy delicadas. ¿Cuáles son? Te los cuento, a continuación:
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1. Fiebres altas. Cuando un niño mayor de 2 años tiene fiebre de más de 104°F (40° C), si su aspecto no se ve bien o si ha tenido fiebre de manera persistente durante al menos 4 días seguidos, es recomendable llevarlo al médico, así lo explicó la portavoz de la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés), Ari Brown, en el portal WebMD. Además, la experta indicó que cuando se trata de un menor de 2 años, lo mejor es que lo vea un doctor en un lapso no mayor a las 48 horas después de iniciada la fiebre.
2. Tortícolis. Por sí mismo, el dolor en el cuello es una molestia que no debe espantarnos, pero cuando viene acompañado de rigidez, puede tratarse de una señal de alerta. Según la doctora Brown, debemos prestar particular atención si además se presentan otros síntomas como fiebre, dolor de cabeza y vómito, porque podría tratarse de una meningitis. "Presta atención a una constelación de síntomas, no solo a uno de manera aislada. Si solo tiene tortícolis puede significar que el niño durmió mal. La meningitis es una combinación de fiebre con rigidez en el cuello, sensibilidad a la luz y dolor de cabeza y también puede estar acompañada de vómitos y letargo", destacó.
3. Dolor abdominal. Los dolores o molestias estomacales son el tipo de malestar al que los padres solemos prestarles poca atención, pues los asociamos con cambios en la dieta alimenticia o con indigestiones muy leves. Sin embargo, el portal Healthline advierte que cuando dicho dolor se presenta en el lado inferior derecho del vientre, se hace más y más fuerte con el paso de las horas y viene acompañado con vómitos y diarrea, podría tratarse de apendicitis.
4. Erupciones cutáneas. Un salpullido o una dermatitis podrían no significar problema alguno, pero hay que estar atentos, de acuerdo la revista Parents, cuando la erupción cutánea tiene forma de anillo con una mancha pálida en el centro, ya que podría tratarse de la enfermedad de Lyme, que se produce debido al piquete de una garrapata. También, cuando aparecen manchas rojas con un ligero relieve, pues según dicha revista, suelen estar relacionadas con reacciones alérgicas.
5. Sed excesiva. Beber agua es importante para el cuerpo, pero si tu hijo empieza a tomar mucha más de lo habitual, de un momento a otro, o si se despierta en las noches muy sediento, deberías hablar con tu médico, ya que según la Clínica Mayo*,* podría ser un caso de diabetes del tipo 1. Ten presente que dicha afección puede estar acompañada de otros síntomas como pérdida de peso, mayor apetito, más orina y fatiga.
Finalmente, recuerda que ante cualquier duda sobre la salud de tus hijos, o ante la aparición de los primeros síntomas, debes consultar con un médico.
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