Lo que le tocó vivir a esta familia es un caso insólito. Y es que segundos después de nacer, un hombre de Connecticut dejó caer a su bebita en el lugar menos indicado… ¿Y ellos? ¡Felices de escucharla llorar!
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Lillie Davis jamás se imaginó lo que le sucedería tras regresar del hospital, donde le habían dicho que no estaba lista para parir. La mujer comenzó a dar a luz mientras usaba el baño, ¡pero eso no es lo sorprendente! Luego de ayudarla a traer al bebé al mundo, su esposo David dejó caer a la niña en la taza del inodoro terminando con un llanto que los puso, literalmente, con una sonrisa en la cara.
"Gracias a Dios que estábamos cerca de la poceta. La bebita se resbaló de mis manos y cayó directo al agua. Todo pasó en cuestión de segundos. Nos asustamos pero cuando empezó a llorar fue maravilloso. Sabíamos que estaba bien", contó el orgulloso padre en una entrevista.
Aparentemente la pareja había ido al hospital más temprano pero los devolvieron a casa ya que "no era el momento"… y en menos de media hora Lillie comenzó a tener contracciones severas. ¡Qué susto! Los padres de ahora dos niñas no caben de la felicidad: agradecen el milagro de tener a la pequeña Livia sana y salva y que, a pesar de todo y el golpe, la bebé se encuentra fuera de peligro. Una historia con un final feliz, ¡sin duda!
Imagen vía Corbis Images, NY Daily News