'Es mejor que el niño llore a que llore la madre cuando el hijo tome el mal camino" o "una buena nalgada a tiempo es el mejor remedio para curar las malcriadeces", eran las frases de mi abuela sobre el tema de la disciplina a los niños. En nuestros países de origen, en toda América Latina, es común que los padres disciplinen a los hijos con unas 'buenas nalgadas' y de vez en cuando con el cinto o cinturón. Aquí en Estados Unidos el tema es motivo de controversia, puesto que algunos opinan que eso es 'violencia doméstica', pues bien una Corte de Apelaciones de Long Island, Nueva York, le ha dado la razón a mi sabia abuela y ha dicho que se puede 'usar castigos físicos' para disciplinar a los hijos.
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Una Corte de Apelaciones de Long Island, Nueva York, determinó, al examinar el caso de un padre que le dio unas cuantas nalgadas a su hijo de 8 años, quien le faltó el respeto en público, que "fue un uso razonable de fuerza", según información publicada por NY Daily News. Dicho en términos más sencillos: quiere decir que estuvieron bien dadas esas nalgadas.
Vale recordar que en 2013, un juez de un Tribunal de Familia en el condado de Suffolk, había determinado que el padre del muchacho había abusado de su hijo "por infligir castigos corporales excesivos".
El padre supuestamente le habría pegado al niño con la mano abierta como castigo por insultarlo delante de unos amigos del menor, durante una fiesta en 2012. Se dice que al llegar a la casa, el padre lo golpeó con un cinturón, pero el padre lo negó. Y admitió haberlo golpeado con sus manos en las piernas, nalgas y brazos.
Otras Cortes en distintos estados han respaldado decisiones similares a ésta. En 2013, una madre en California golpeó en la espalda, con una cuchara de madera a su hija, quien le había faltado el respeto y un Tribunal Federal de Apelaciones no lo consideró como abuso a un menor.
Estoy segura que más de una pondrá el grito en el cielo por esta decisión judicial que ve con 'buenos ojos' que los padres puedan dar nalgadas para corregir las malcriadeces de sus hijos. Pero yo estoy muy de acuerdo con el sabio juez. Si bien es cierto, que hay niños dóciles desde que nacen, hay unos, que si no les das sus buenos 'porrazos' juegan la pelota con sus padres, y son esos los muchachos que van a parar al reformatorio. Obviamente, que como padres, debemos dictar las normas de comportamiento a los hijos en buenos términos. Pero creo, que con aquellos niños demasiado 'rebeldes' de vez en cuando hay que aplicarle sus 'buenos azotes' para corregirlos.
Ya lo saben, ya lo ha dicho el Juez, 'unas buenas nalgadas' no es uso excesivo de fuerza. Chiquillos, a portarse bien!
Imagen vía prettywar-slt/flickr