El año pasado me sacaron de un avión porque mi perrito que viajaba conmigo no dejaba de ladrar. Vino seguridad y me pidió los acompañara amablemente y yo quería que me ¡tragara la tierra! Ese camino a través del pasillo fue una verdadera vergüenza.
Estaba súper ofendida por lo que me habían hecho ya que había pagado 200 dólares para que mi perrito subiera al avión conmigo y con todo ¡me echaron! Desde entonces pienso ¿cuál es la diferencia entre un perro que ladra y un niño que grita a todo pulmón? Y hasta ahora no sé del caso de alguna madre que haya tenido que abandonar el avión. Aunque espero que eso nunca pasé, me gustaría darte algunos consejitos por si tienes planes de viajar con tus hijos pequeños en avión este verano.
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1. Ajusta tu itinerario lo mejor que puedas para que no haya muchos tiempos de espera y el bebé no se canse.
2. Evítale el dolor de oídos antes de despegar y a punto de aterrizar dándole un chupón o su mamila para succionar.
3. Llévate todo lo que necesites: pañales, ropa limpia, cereal, jugos, juguetes, cobijita, música y videos. Todo puede ser de ayuda en un momento difícil en público.
4. Lleva nuevos libros o videos contigo, de esta manera mantendrás el elemento de sorpresa con tus niños y se distraerán la mayor parte del tiempo.
5. Habla con tus niños antes de subir al avión y recuérdales ser respetuosos, un premio podría hacer maravillas, afirma la psicologa Susan Bartell en CNN.
6. Ten buena disposición, trata de tranquilizar a tu pequeñito, si no se puede, ¡ni modo!, los demás ven tu intento y será imposible reclamarte.
7. Se cortes si algún pasajero se acerca a ti quejándose, dile que harás tu mejor esfuerzo por controlar la situación.
8. No te desesperes. Si lo has tratado todo y nada funciona, trata de quedarte tranquila porque cuanto más frustrada estés tú, más se va a frustrar tu hijo.
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