¿Cuántas vidas más la negligencia médica va a sacrificar? Con tan sólo 22 años y embarazada con su segundo hijo, Jade Glen fue al hospital porque se sentía enferma. La joven había estado hospitalizada una semana al principio del mes porque tenía un coágulo de sangre. Según los doctores, Glen no tenía nada y la mandaron a su casa. Dos días después, mientras se estaba cepillando los dientes, murió repentinamente. La consternada familia está demandando al hospital y pidiendo respuestas.
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Al ver que Glen no contestaba el teléfono, unos amigos fueron a la casa y al asomarse por la ventana vieron a Mickey, el hijo de 18 meses de la difunta, caminando solo por la casa. Poco después cuando el papá de Glen entró a la casa encontró el cuerpo sin vida de su hija en el baño con el cepillo de dientes cerca de ella y con la pluma abierta.
Tristemente el feto de la pequeña Dolly May murió con la mamá. La pequeña iba a nacer en julio y Glen y su novio, Michael Arnold, tenían todo preparado para la llegada de la bebé. ¡Qué tristeza!
Me da tanta rabia con los doctores, se supone que su función es curar y salvarle la vida a sus pacientes y no dejarlos morir. Muchas veces los médicos ignoran a los pacientes si son jóvenes porque creen son invencibles por la edad.
Arnold está en shock por haber perdido a su adorada novia y a su bebé y no va a descansar hasta que los médicos del hospital paguen por lo que le hicieron a su familia. Ellos le dieron de alta y le dijeron que se fuera tranquila a su casa porque todo estaba bien pero obviamente estaban en un error.
Es hora que estos médicos paguen por sus errores para que no se sigan perdiendo vidas tan hermosas y con tanto futuro por delante como Glen y su bebita. Su familiares y amigos lloran por su pérdida y piden justicia.
Imagen vía Jade glen & dolly may arnold rest in peace/ Facebook