Nunca he sido ni seré partidaria de tomar la justicia en las manos propias. Creo que las emociones, y en especial la rabia, la impotencia y la indignación, no son buenas consejeras. Y si no fíjate lo que le pasó a esta mamá quien por defender a su hijita del niño que se supone la estaba acosando en la escuela, terminó en la cárcel y hasta una fianza de 30 mil dólares tuvo que pagar para poder salir en libertad. Pero lo peor no es eso.
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Delia García-Bratcher decidió que ya estaba bueno eso de que un niño hostigara y acosara a su hija en la escuela Olivet Elementary Charter, en Santa Rosa, California. Así que, ni corta ni perezosa se acercó al recinto escolar y le preguntó al mayor de sus hijos quién era el chico que tenía obstinada a su hermanita.
Una vez que su hijo identificó al supuesto acosador, García-Bratcher se le abalanzó, le dijo cuatro cosas y ahora el chico dice que la mujer le apretó el cuello y muestra las marcas rojas como "evidencia" del maltrato.
Como es natural, la policía intervino y hasta ahora no hay evidencia de que el muchacho que agredió García-Bratcher haya tenido nada que ver con su hija, es decir que la mujer, ofuscada se habría equivocado de niño.
Mientras, García-Bratcher fue quien terminó siendo arrestada, aunque su abogado insiste en que ella no atacó a nadie y que sólo confrontó al muchachito verbalmente y que, por supuesto, no lo tocó.
Para colmo podría enfrentar cargos criminales en caso de que la oficina del sheriff decida acusarla por asalto. Y mientras así están las cosas, por ahora los hijos de García-Bratcher no están yendo al colegio como una medida preventiva.
No sé de verdad qué fue lo que pasó aquí, pero sí se lo que se siente que le acosen un hijo a uno. Para librar a mis hijos de esa desgracia yo me tuve que mudar de costa a costa y soy extremadamente sensible con este tema. Es decir, tengo las antenas alertas todo el tiempo y soy sumamente proactiva con cualquier señal que pueda indicar que podrían estar de nuevo en situación de riesgo.
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