La madre es la persona más importante que tenemos. Es el ser que nos dio la vida y de manera incondicional, se ha sacrificado por darnos lo mejor, desde educación y valores hasta cubrir nuestras necesidades materiales, gracias a su invaluable esfuerzo.
Sin embargo, las cosas no siempre son color de rosa, y existen muchos casos en que la relación entre madre e hija se ha ido deteriorando. Sea por tener maneras de pensar distintas, resentimientos del pasado, o incluso madres que han dejado a sus pequeñas en el abandono, convirtiéndose en situaciones que resultan muy duras de sobrellevar.
Les digo que es un vínculo que vale la pena rescatar, más allá de las circunstancias. ¿A qué hija no le gustaría ser la mejor amiga de su mamá o viceversa? Si no sabes cómo hacerlo, sigue leyendo, porque te traemos varios tips que te ayudarán a tomar las riendas de la situación…
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Ahora que se acerca el Día de la Madre, es importante cuestionarnos sobre las maneras de mejorar nuestra interacción con la mujer que nos trajo al mundo, o con esa hijita que Dios nos dio la fortuna de tener en el vientre ¡Sigue estos sencillos pasos!
1. Acepta la diferencia generacional. Cuando tu mami creció eran otros tiempos, con un ritmo de vida más sano y tranquilo, sin internet ni celulares como en nuestra época. Lo que para ti es súper normal como chatear o hablar por Skype, a ella le puede costar. Igualmente, hay cosas de su personalidad que te pueden parecer enchapadas a la antigua, ya que antes se hacían las cosas con mucha formalidad y recato. Aunque es imposible que piensen igual, sí se puede llegar a grados de entendimiento aceptables entre ambas, y la mejor manera de hacerlo es conversando.
2. Aprende a escucharla. Antes de generar cualquier tipo de comentario sobre ella, trata de entender primero los motivos que la impulsan a actuar de esa manera que tanto te disgusta. Si no hay entendimiento, se pueden presentar malentendidos por las causas más tontas que te imaginas. Llámala o siéntate a debatir en un lugar agradable, como un café al aire libre o un parque, y exprésale lo que te preocupa. Estoy segura que te sabrá entender y sabrá apoyarte en lo que necesites.
3. No trates de imponerte. Tu punto de vista es muy válido, pero recuerda que no siempre eres dueña de la verdad absoluta. El entendimiento se trata de ceder algunas veces para complacer a la otra persona, y esto puedes hacerlo con tu madre o hija, compartiendo con ella las cosas que más disfruta, así no sean de tu preferencia. O incluso ayudándola en esas tareas del hogar o de la escuela que no le agradan. ¡Es más fácil de lo que piensas! y te agradecerá tu consideración.
4. Evita restregarle sus defectos. Hay gente que en una discusión, le gusta sacar cosas viejísimas que pasaron, para hacer sentir mal a la otra persona. Esta situación se da frecuentemente entre mamás e hijas, que por razones obvias llevan toda una vida conociéndose. Olvídate de lo que ya pasó, dale vuelta a la página y concéntrate en el aquí y ahora. Restregarle sus defectos sólo complicará la situación, así como aceptar la intervención de terceras personas, independientemente que se trate de familiares o amigos cercanos.
5. Acéptala como es. Recuerda que tu mamá o tu hija es un ser humano, con virtudes y errores como cualquier otro. Pretender que sea perfecta es exigirle demasiado, por lo que no esperes que jamás falle en la escuela, se enferme o tenga un mal día. Conviértete en su soporte cuando se sienta mal, trata de comprenderla y verás que habrá un inminente acercamiento entre las dos. Qué bonito es llevarse bien y disfrutar tiempo de calidad juntas ¿No creen?
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