Bueno, hay fans y hay fanáticos. Este padre londinense definitivamente hace parte de la segunda categoría ya que llevó a su recién nacido de sólo unas cuantas horas de vida a un estadio a ver el partido de fútbol de su equipo favorito.
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Anthony Roach no podía perderse el encuentro final de su equipo Torquay United, ya que podría ser eliminado y desbancado a la liga secundaria. Obviamente el nuevo padre decidió que el partido era tan esencial para él como para su recién nacido.
Después de haber estado 29 horas en parto, Rebekah Bancroft, la mamá del pequeño Arlo, le dio el bebé al papá cuando le dieron de alta del hospital. En ese momento el orgulloso padre decidió llevar al infante al estadio en lugar de la casa. Definitivamente este hombre está loco. A quien se le ocurre llevar a una criaturita así de pequeña y vulnerable a un lugar lleno de gente gritando, tomando alcohol, fumando y con cualquier tipo de enfermedades.
El fanático padre cuenta que cuando llegó al estadio sólo pudo ver medio tiempo, pero dice que fue mejor así porque el bebé sólo vio uno de los tres goles que le hicieron en contra a su equipo. Obviamente el pobre bebito no le trajo suerte al equipo Torquay ya que perdió el partido.
Me parece increíble que la madre del bebé haya permitido semejante locura. Afortunadamente no sucedió nada malo y la única tragedia fue que el equipo no clasificó, pero ¿se imaginan lo que hubiera podido pasar? Sin palabras.
Los londinenses son famosos en el mundo por tener barras bravas y por ser extremadamente apasionados y peligrosos durante los partidos de fútbol. Espero que Arlo crezca siendo fan del equipo Torquay y que le guste el fútbol porque me imagino que, con ese padre, no va a tener muchas opciones deportivas.
Images via Thinkstock, Anthony Roach/Facebook