Al inocente lo protege Dios. La mamá de un intrépido niñito de 3 años lo reportó como desaparecido a la policía, luego de que al salir del baño del apartamento donde vive se dio cuenta de que la criatura no estaba. La policía de Lincoln, Nebraska, peinó el área infructuosamente. Ni rastro del niño. De pronto recibieron una llamada telefónica y jamás creerás lo que ocurrió.
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Mientras buscaban sin éxito al niño desaparecido, las autoridades recibieron una llamada telefónica de un bar cercano. Había un niño de unos 3 años jugando dentro de una de esas máquinas en las que la gente a cambio de unas monedas juega a "pescar un juguete de peluche con una garra de metal.
Al llegar al bar, la policía pudo comprobar que el niño estaba dentro de la caja transparente, absorto jugando con los coloridos peluches. La pregunta que todos se hacían fue ¿cómo llegó la criatura al interior de la caja?
La caja se abre con una llave que tienen los empleados del bar. Ni modo que nadie la abriera y encerrara a la criatura allá dentro. Además el niño estaba de lo más feliz, jugando como si nada con los peluchitos.
Si te parece increíble que el niño estuviera dentro de la máquina, más increíble te parecerá como llegó a ella. Pues todo parece indicar que el niño se introdujo a través del hueco que dispensa los peluches una vez que un afortunado logra pescar estos juguetitos.
Cómo le hizo, no lo sé. Lo que dicen los entendidos es que tanto el hueco como el tubo o canal que conduce a la caja donde están los peluchitos, no son muy anchos que se diga, o sea que el niño debió hacer su esfuerzo para lograr llegar adentro.
Esto no hace sino demostrar, una vez más, lo infatigable que puede ser la naturaleza humana. No conozco niño en este mundo que no sienta una fascinación especial por esos peluchitos. Mis hijos cada vez que ven una máquina de esas, sea en el auto mercado, en el lobby del cine o en una estación de gasolina, suplican por unas monedas para probar su suerte. No les importa que ya tienen 10 y 12 años, igual quieren jugar a la maquinita.
Y pues lo mismo este niñito. Seguramente vio los peluchitos en la caja transparente y se dijo a sí mismo: "a por ellos". Lo mejor, además del hecho de que el niño estaba ileso, fue que el bar donde está la máquina en cuestión le dejó llevarse todos los peluchitos que quisiera.
Ya me imagino la felicidad de este chiquito y por supuesto de su mamá, quien andará contando sus bendiciones porque a su niño no le pasó nada y salió ileso de esta su gran aventura.
Imágenes vía Thinkstock, KLKNTV