Esta mamá está convencida que su embarazo le salvó la vida

Amy Hansen descubrió que estaba embarazada y cinco días después fue a dar al hospital, ya que sentía un terrible dolor abdominal.

Los doctores descubrieron que no sólo la mujer de 29 años de edad estaba efectivamente embarazada de su primer hijo, sino que también tenía cáncer de ovario. En las semanas siguientes Hansen enfrentó muchos, muchos juicios.

Lee más en ¿Qué más?: HÉROE de 2 añitos salva la vida de su mamá de forma ASOMBROSA

Hoy en día, Hansen cree que su embarazo y su hijo le salvaron la vida.

"Es un milagro que encontraran el cáncer tan temprano por él", declaró el papá del bebé y esposo de Hansen. "Él de verdad le salvó la vida. Es una buena historia que contarle. Si no lo hubiéramos tenido, tal vez ella nunca se hubiera dado cuenta hasta que fuera muy tarde".

Cuando los médicos atendieron los dolores de Hansen, encontraron un tumor, él cual trataron de extraer pero volvía a parecer. El cáncer de ovario se rehusaba a desaparecer.

La oncóloga Diana Medgysey dice que casos como el de Hansen no son raros, ya que mientras más se posterga la decisión de tener bebés en las mujeres, es más probable que la etapa se acerque al momento donde usualmente aparecen estos tipos de cáncer.

A pesar de estar embarazada, Hansen fue convencida de atravesar por el tratamiento de quimioterapia.

La pareja comprensiblemente quedó en shock cuando los doctores les propusieron la idea, debido a que la quimioterapia podría afectar el desarrollo del bebé. Los dos buscaron una segunda y una tercera opinión y en todos los casos los especialistas dijeron que estaba bien.

Eventualmente lo aceptaron.

"Comúnmente me encuentro con gente que cuando está embarazada y diagnosticada y creen que tienen que terminar su embarazo o saltarse el tratamiento. Eso es incorrecto. No hay forma de que garantice a una mujer que no hay riesgo, pero estadísticamente no hay un mayor riesgo, siempre y cuando sean tratadas durante el segundo o tercer semestre de embarazo", confirmó el oncólogo Sam Shelanski.

Para no hacerles el cuento largo, al parecer tenían razón. Después de pasar múltiples miradas de juicio mientras que Hansen crecía una panza con la cabeza sin cabello debido al tratamiento, hoy son los felices padres de un sano bebé de 5 meses.

Miren, yo creo que este tipo de decisiones son absolutamente personales, pero creo que mientras haya un pequeño rayo de luz en donde mamá e hijo puedan resultar victoriosos, yo también hubiera votado por ello. Los riesgos siempre existen con o sin tratamiento. Me da gusto por esta familia. Hansen ahora esta sana y salva y lo más importante: libre de cáncer para ser mamá de ese pequeñito.

Imagen vía Coloradoan.com