Durante las últimas semanas he estado debatiendo si debía o no enviar mi hijo de 4 años a Kindergarten en el otoño. Para poder entrar a Kínder, los niños deben cumplir 5 años antes de la fecha límite que es el 1 de octubre. Mi hijo cumple años el último día de agosto, así que obviamente reúne el requisito de edad. ¿Pero acaso eso significa que está listo? Pasé por algo similar con mi hija mayor, cuyo cumpleaños es a finales de julio, pero mi esposo y yo estábamos bastante seguros de que estaba lista mucho más temprano que con nuestro hijo.
Así que, ¿cómo puedes determinar si tu hijo está listo para Kindergarten?
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Bueno, eso depende de a quién le preguntes. Algunos dicen que tiene que ver con madurez y no sólo con la edad. Otros dicen que sólo se trata de sus habilidades académicas. Su comportamiento y su tamaño también son dos factores que debes considerar.
Después de hablar con su maestra en el preescolar, mi esposo y yo hemos decidido que nuestro hijo estará listo para comenzar Kínder en el otoño por las siguientes razones:
1. Experiencia preescolar. Mi hijo ha estado asistiendo al preescolar por los últimos dos años. Va todos los días por cinco horas tres días y siete horas dos días. Ama estar ahí y tengo que admitir que estoy impresionada con todo lo que ha aprendido. No sólo a nivel académico, sino a nivel social. Nunca ha tenido problemas de disciplina y su maestra considera que estará bien en Kínder.
2. Aburrimiento. Después de dos años en el preescolar, creo que mi hijo se aburriría de lo lindo si le toca hacer exactamente lo mismo un año más. Puede que no sepa como escribir todas las letras del abecedario, pero la idea es que se sienta retado. De no serlo así, creo que perdería interés.
3. Se lleva bien con los otros niños. A mi hijo le es súper fácil hacer amigos y no todos son de su misma edad. De hecho, dos de los niños con los que mejor se lleva son al menos un año mayor que él. Así que aunque lo más probable es que termine siendo uno de los más chiquitos en su clase, creo que no tendrá problema algún incorporándose y llevándose bien con todo el mundo.
4. Está súper emocionado. Por lo menos una vez al día, mi hijo pregunta si le toca ir a Kínder al día siguiente porque obvio que todavía no entiende el concepto de tiempo. Su hermana ha estado yendo a la misma primaria a dos cuadras de nuestra casa por los últimos tres años y mi hijo no ve las horas de ir con ella. Ha visitado su salón varias veces y se conoce la escuela como si fuese la suya gracias a su hermana mayor. En su mente, ¡él está totalmente listo para Kínder!
5. Instinto maternal. Puede que no signifique mucho para otros, pero muy dentro de mí, yo sé que esta es la decisión correcta para mi hijo. Y, al final de cuentas, eso es lo único que importa.
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