La historia de Jenna y Brandon Hinman y sus gemelitas me ha dejado profundamente conmocionada. Parece imposible que una pareja que ya debió afrontar una guerra tan terrible como la de Estados Unidos en Afganistán deba estar ahora pasando por algo peor. Jenna tuvo serias complicaciones al dar a luz en una cesárea de emergencia. Al intervenirla, sus médicos descubrieron que estaba llena de tumores cancerígenos.
Si no hubiese investigado en Internet si era verdad, habría pensado que el origen de ese cáncer era imposible: Se crearon en la placenta.
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A Jenna se la ha diagnosticado con un raro coriocarcinoma, que se origina en las células de la placenta, y le da a un bajísimo porcentaje de las mujeres embarazadas. Sorprendentemente, hace poco nos enteramos de que una estrella de la televisión también lo tenía. Pero sí es muy raro. Ahora, ella lucha por su vida y el pobre esposo, quien aún es activo en las Fuerzas Armadas, se reparte entre la unidad neonatal, donde están sus gemelas recién nacidas, y la terapia intensiva, donde su esposa está en un coma inducido.
Me parece demasiada crueldad que alguien vaya con tanta ilusión, esperando salir del hospital con dos bebés en los brazos, y se encuentre de repente en una pesadilla de esta magnitud. Mis plegarias están con Jenna y su joven familia.
Su papá ha abierto una página en Internet para recaudar fondos. La máquina a la que está conectada la joven madre cuesta unos $100,000. Todos los que sabemos cómo funcionan los seguros en este país podemos tener la certeza de que la cuenta para los Hinman va a ser astronómica.
La buena noticia es que dos de cada tres mujeres con este cáncer logran recuperarse. Espero que este sea el caso. ¡Esas bebitas la necesitan!
Lamentablemente, cualquier mujer que haya estado embarazada–así no haya tenido al niño–está en riesgo. Casi no hay síntomas, pero un exámen ginecológico puede darle algunas señales al doctor. No se te olvide hacerte un chequeo anual. Si estás ahora esperando un bebé, no te pongas paranoica, es una enfermedad rara, pero si tienes sangramientos o el útero más grande de lo común, pídele a tu obstetra que te haga un examen de sangre.
Imágenes vía The Hindman Fund
