Vigila a tus hijos en Internet para que no pase esto TAN HORRIBLE

Por casos como estos es que yo JAMÁS voy a suscribir a la política esa de que los hijos tienen derecho a su privacidad. Sin faltarle el respeto a nadie, me parece una gringada que no funciona. Estoy segura de que los papás de Leah Kritzer se habían ahorrado muchísimo sufrimiento si hubieran revisado el teléfono y la computadora de su hija de 14 años. Se habrían dado cuenta de lo que estaba haciendo y no habrían pasado los cuatro peores días de su vida. Aprende para que NUNCA te pase lo mismo.

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La niña, que me parece que está más loca que una cabra, había salido el domingo pasado a caminar a su perro, cuando de repente alguien llamó a los papás diciéndoles que el perro estaba solo. De la niña absolutamente nada. Obviamente, llamaron a la policía, que comenzó a revisar sus cosas y descubrieron que había dejado el celular. En él había una llamada a un número desconocido que pertenecía a un hombre que les reveló una verdad que ningún padre quiere oir, menos en un momento así: Leah había estado haciéndose pasar por una mujer mayor en sitios de citas románticas en Internet.

Según la estación de televisión KTLA 5 News de Los Angeles, el hombre la había conocido en persona y se dio cuenta de que era una menor. En una muestra de sentido común, salió corriendo despavorido.

Pero otro tipo no fue tan decente y con él se había encontrado la niña descarriada el domingo. Testigos la habían visto subirse al auto. ¡Osea!

Finalmente, la encontraron anoche a varias millas de su casa. No se dieron a conocer los detalles, pero yo me puedo imaginar lo que debe haber sentido su mamá. Esa sensación de alivio profundo, con serias ganas de matarla. ¿Qué hace uno en esos casos? ¿Cómo se le enseña a una chica así que lo que hace le puede costar la vida? No lo sé. Por eso, prefiero seguir entrenando mi ojo de águila para cuando mis hijos estén adolescentes. Eso sí, jamás tendrán computadora en su habitación o celulares protegidos con passwords. Mientras vivan en mi casa eso no lo permito.

Imagen vía Thinkstock