La última vez que tuve esta conversación con una amiguita que estaba pensando en embarazarse terminé con las piernas moradas. Otra amiga pasó el rato dándome patadas para que me callara. Yo me niego a formar parte del equipo de relaciones públicas de la naturaleza. Esperar un bebé es una de las cosas más difíciles por las que ha pasado mi cuerpo. Las dos veces pasé los nueve meses con un profundo malestar y, aunque no todo el mundo tiene una experiencia difícil, hay algunos síntomas de los que nadie habla, que es importante que sepas. (Si ya pasaste por eso, cuéntame si los experimentastes a ver si ayudamos a las primerizas).
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1. Gases por todos lados: Es una consecuencia de tener el sistema digestivo apretado y los cambios hormonales, pero que horrible es tener todos esos gases. Hoy me reuní con una de las maestras de mi hijo, que estaba pasando por ese problema. Tenía como hipo, pero eran mini gases. Pobre. Los de abajo es un problema mayor, para el cual no hay más remedios que evitar ciertas comidas y tener paciencia.
2. Constantes ganas de ir al baño: No hay cómo evitarlo. El bebé presiona la vejiga y algunos hasta la aplastan.
3. Dificultad para dormir: Las hormonas, sobre todo al principio y, después, la barriga. Encontrar una posición en la que se pueda descansar es toda una odisea. Para eso a mí me funcionó la almohada esa larga que se conoce como body pillow.
4. Todo se te cae: En el último mes el cuerpo produce una hormona que permite que las articulaciones de la cadera se aflojen, que es lo que deja que el bebé pase por el canal, pero también afecta al resto de las articulaciones del cuerpo.
5. Todo se te olvida: Yo lo llamo "cerebro de placenta", pero todas las mamás que conozco aseguran que quedaron medio descerebradas y desmemoriadas. No te preocupes, tu cuerpo está produciendo una nueva vida y se distrae. ¡Es normal!
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