Milagrosa historia de bebé que se formó en el abdomen de su madre ¡y sobrevivió!

Este extraño caso es como un milagro. Una mujer acudió al hospital a sus 32 semanas de gestación, debido a dolores de estómago, urgencia para orinar y porque notó que el feto casi no se movía. 

Fue entonces cuando los médicos descubrieron que su bebé estaba desarrollándose en su abdomen, y no en el útero como debería ser. ¡Qué susto se habrá llevado!

Los doctores llegaron a la conclusión de que los malestares presentados por la mujer de 22 años en Tanzanía, se debían a anemia e infección urinaria y, gracias a Dios, su bebé llegó a este mundo completamente sana. Aunque pesó sólo 3 libras y 7 onzas, tanto ella como la madre estaban en perfectas condiciones de salud después de la cesárea.

Medios de prensa indican que el huevo inicialmente fertilizado se instaló en las trompas de falopio, desde donde fue expulsado, permitiendo que se ubicara nuevamente en el abdomen de la mujer. Posteriormente ella tuvo dos controles prenatales, los cuales indicaron que el embarazo avanzaba en completa normalidad, ¡qué increíble!

Las enfermedades menores de la madre fueron tratadas y lo síntomas iban desapareciendo, pero lo más importante fue que el óptimo desarrollo de la bebé era viable a pesar de las condiciones especiales que presentaba. Me refiero a que no se encontraba dentro de la bolsa amniótica ni estaba rodeada del líquido amniótico, que protege al feto y le permite su movimiento.

El útero de la embarazada se encontraba vacío aunque normal, al igual que los ovarios y las trompas de falopio. No hay que ser ginecólogo para saber que se trata de un caso excepcional. Aunque raras veces ocurre, este tipo de gestación aumenta el riesgo de muerte en la madre por sangramiento, y sólo se presenta en una de cada diez mil mujeres embarazadas.

No es posible dar a luz de manera natural en esta condición y si la operación no resulta, el bebé podría morir para luego calcificarse dentro del cuerpo de la madre. Además, los bebés tienen un alto riesgo de nacer con defectos físicos.

Por fortuna este no es el caso. Los designios de la naturaleza quisieron que la querubín viniera sana y fuerte, a disfrutar del gran privilegio de la existencia. Muchas bendiciones para ella y su mamá.

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