
La verdad es que a veces uno no sabe a quién creerle. Ahora resulta que esos dispositivos que usamos para calmar a nuestros bebitos y que los ayudan a dormir con lo que se conoce como ruido blanco, pueden ocasionar daños irreversibles en el sistema auditivo de nuestros hijos.
Por lo menos eso es lo que advierte un reciente estudio publicado por la revista Pediatrics. Precisamente porque creo que la información es poder, comparto contigo los resultados para que veas por qué creo que debemos tomar cartas en el asunto y además correr la voz.
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El estudio en cuestión señala que 14 aparatos de esos que emiten sonidos "tranquilizantes", producen ruido a niveles que sobrepasan los 50 decibelios, que es el límite superior que se usa en las guardería de los hospitales. Algunos de esos equipos emiten ruidos de 85 decibelios, lo que se cree podría incluso causar sordera.
¡Válgame Dios! ¿Te imaginas que por querer calmar y apaciguar a tu bebecito, en realidad estés induciéndole a perder la audición? A mí todo esto me parece una barbaridad, pero lo que dicen los médicos que hicieron el estudio es que "la exposición a estos dispositivos puede colocar lactantes en riesgo de desarrollar pérdida de audición inducida por el ruido o el mal desarrollo del sistema auditivo".
Por ello recomiendan que si usamos estos aparatos, los pongamos lo más lejos posible de los oídos del bebé, al mínimo volumen y que además limitemos la duración del sonido.
Gracias a Dios mis hijos siempre tuvieron un sueño tranquilo y fueron buenos bebés, pero sé que otras mamás no corren la misma suerte y este tipo de información es sumamente importante. Así que ¡a pasar la voz!
Imagen vía Thinkstock