Mis amigas gringas han sido educadas desde niñas para ser más autosuficientes e independientes que muchas de las latinas, cuya personalidad y autoestima se define en gran medida por la experiencia colectiva y el éxito de su familia. Hoy, mi hermana menor se traslada junto a su esposo e hijas a Miami, pues él ha conseguido un mejor trabajo allí, dejando en Chile a mis padres, abuela y el resto de la familia. Ella es la última hermana que deja Chile, mi otra hermana vive en Sudáfrica y yo, en Nueva York.
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Sólo ahora puedo realmente entender lo que siente una mamá latina que debe dejar volar a sus "pollitos" a medida que crecen y van en busca de sus propios sueños sin importar dónde los puedan llevar. Este año, mi hija ha sido la primera de mis niños en abandonar el hogar ya que se fue a la universidad y se mudó a tres horas de distancia en coche.
Ahora me detengo a pensar: ¿Cómo quedará mi madre con la mudanza de su hija menor, pues su vida entera ha girado alrededor de sus hijas y nietos? Ella fue educada con los principios latinos tradicionales, los cuales se definen principalmente por la maternidad: ser la educadora de los hijos y ser buena ama de casa, sacrificando sus propias necesidades por el bienestar de su familia. Gracias a Dios, cuando estaba en sus 40 años, mientras se sentía apesadumbrada pues sus hijas mayores se iban a vivir al extranjero recién casadas, descubrió sus propias aficiones.
Mi mamá comenzó a jugar golf y empezó a caminar como una forma de ejercicio, además practica rutinariamente la meditación. Recientemente se matriculó en algunos cursos de arte, y el año pasado ya había logrado crear algunas hermosas piezas. ¡Ahora forma parte de la Federación de Golf de mujeres en Chile y comienza su día caminando por lo menos 3 millas! Ha hecho todo lo posible para volver a conectarse con viejas amigas y encontrar otras nuevas que compartan su afición. Ha logrado llenar su tiempo y sentirse feliz.
Yo adoro a mis hijos y espero ser una parte importante en sus vidas y de la vida de sus hijos, pero también quiero explotar mi lado americano para lograr una vida independiente que me permita también gozar de mis aficiones que ayuden a mi autoestima e independencia.
No quiero ser como tantas mujeres latinas que encuentran en la vida de sus hijos la única fuente de satisfacción y felicidad. No quiero terminar sola después de que ellos formen sus propias familias y sigan sus propios caminos sin tener tiempo para mí. En todo caso, espero que no se vayan demasiado lejos. Sé por experiencia propia lo difícil que es para una madre -y también lo viví como hija-, el sentir un vacío constante porque tu familia está muy lejos.
¡Buena suerte hermana! ¡Te quiero!
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