El que diga que el cerebro no es la máquina más potente del mundo no se ha enterado de lo que acaba de pasar en Brasil. Me habría encantado ver por un huequito la cara de los médicos que atendieron a una mujer de 37 años, que llegó a un hospital de Río de Janeiro con todos los síntomas de pleno trabajo de parto. Traía el abdomen distendido y daba gritos de contracciones avanzadas. Para alarma de todos, no le encontraron el latido del corazón del bebé, por lo que decidieron hacerle una cesárea de emergencia.
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Cuando comenzaron a cortar, se dieron cuenta de que el útero estaba pequeño. No había bebé. Obviamente, no estaba ni embarazada. La confusión causó una exahustiva investigación en el Hospital de la Mujer en Cabo Frío, en las afueras de Río de Janeiro. La historia es tan loca como triste.
Según el diario brasileño Globo, la paciente, cuyo nombre no ha sido revelado, había perdido un bebé al nacer el año pasado. Poco después le dijo a la familia que había quedado embarazada de nuevo y nadie lo dudó. Los médicos la diagnosticaron con un extraño, pero real caso de embarazo psicológico. ¡Lo que debe haber sufrido esa pobre madre para que su cerebro se inventara una nueva gestación, con todos los síntomas típicos! Se me parte el corazón.
La directora del hospital, Rosalice de Almeida, indicó que cuando trataron de interrogar a la mujer, no dijo ni una palabra. Todos los datos los han sacado de conversaciones con su marido y sus parientes. ¡Qué caso tan loco!
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