Luego de que publicara hace poco mi post sobre la mejor forma para que una pareja le comunique a sus hijos su decisión de separarse, una lectora me preguntó ¿Y después del divorcio qué? Su inquietud venía al caso, porque, pasado el trago amargo de la separación y luego de decírselo a nuestros hijos, viene lo más difícil: guardar la compostura, las formas, mantener una relación armoniosa y respetuosa con tu ex (así no te provoque ni hablar con él). Sigue leyendo para que veas que sí se puede.
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Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que a pesar de la disolución de vínculo conyugal, hay un vínculo que permanece y es la relación filial tuya y de tu ex, como padres, con tus hijos. No importa los términos del divorcio, ustedes siempre serán el papá y la mamá de tus hijos. Y mientras más armoniosa y serena sea esa relación entre ustedes, mejor para los niños.
No hagas de tus hijos unos mandaderos, créeme que los pondrás en una posición muy incómoda. Lo que tengas que hablar con tu ex, lo hablas directamente con él, así que nada de: "dile a tu papá que…" o peor aún: "cuando vayas donde tu papá, tráeme la maleta negra…".
No hay nada como mostrar tu mejor cara (y la de tu ex) frente a los niños. Que los vean aplomados, seguros. Saber que sus padres pueden tener una relación civilizada y cordial, le dará seguridad. No importa las causas del divorcio, no hagas que tus niños se conviertan en jueces y tomen partido por alguno de ustedes. En virtud de lo anterior, por favor jamás discutas con tu ex delante de tus hijos.
Mi mamá y mi papá se divorciaron cuando yo era una niña pequeña y a los dos les agradezco que ninguno de los dos me habló nunca mal del otro. Creo que lo mejor que podemos hacer es no hablar del otro, pero si lo que vamos a decir no es bueno o edificante, pues recuerda que calladita te ves más bonita.
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Tú y tu ex son las referencias emocionales y afectivas más importantes que tienen tus hijos. Así que independientemente del divorcio, tus hijos tienen derecho a verlos a los dos. No importa que estén separados ni cuán mal te sientes, tus hijos tienen derecho a ver a su papá, en los horarios en que dicte la corte, y también en las vacaciones, eventos deportivos, presentaciones escolares, eventos familiares. Sée que a veces no es fácil y hasta podría resultar incómodo. Pues hay que reponerse y hacer de tripas corazón y pensar que lo más importante, siempre, es el bienestar de nuestros hijos.
No trates de compensar la ausencia de tu pareja reclamando la compañía de tus hijos. Tu objetivo como mamá es que tus hijos crezcan y se conviertan en adultos independientes y responsables. Recuerda que tus hijos no son tu propiedad ni nacieron para ser tu "dama de compañía".
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