No recuerdo haber visto nunca a mis padres discutir o pelear por algo. Para nada. Más bien guardo en mi memoria recuerdos muy lindos del esmero de ella para que él encontrara lista su cena cuando regresara del trabajo y lo complacidos que nos hacía sentir porque siempre llegaba con algo en sus manos para nosotros. Con ese modelo de familia crecí hasta que un día, me di cuenta que las cosas no siempre fueron de esa manera y que ellos sí tuvieron serios desacuerdos, pero nunca percibí esa realidad porque siempre se cuidaron de no resolver sus diferencias frente a nosotros, para no lastimarnos con esas situaciones.
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Tristemente eso no ocurre en todos los hogares y es cada vez más común escuchar y ver parejas que involucran a los hijos en sus diferencias sin importarles el daño que causan en ellos o lo que es peor, absurdamente usarlos como escudo para venganse o llamar la atención de la otra persona. Y si la cuestión se agudiza y la relación termina en divorcio, algunas personas llegan al extremo de considerarlos como un "arma mortal" para manipular las situaciones. Oh por Dios, ¡qué falta de madurez y sentido común! Ni hablar de cuando formalizan una relación con una nueva pareja o nuevas nupcias, porque ¡ahí sí arde Troya!.
Los niños son los que peor parte llevan en un divorcio porque como niños, no asimilan tan pronto que de repente su vida de un giro de 180 grados al cambiar su núcleo familiar y su entorno. Es por eso que, según estudios, se cree que los niños que viven en hogares rotos o con padres divorciados, tienen más tendencia a desarrollar problemas de personalidad y conducta. Trata de que tus hijos no carguen con tus errors o con tus malas experiencias a nivel de pareja. Si tú eres una mamá que desafortunadamente estás tomando esta conducta errada, te invito a que medites y evalúes tu comportamiento. Enfócate y ocúpate de que a tus niños no les resulte tan dañina la situación, buscando más bien mantener y desarrollar una buena relación con tu ex. Asume el rol de una madre sensata centrada y sabia. Valórate y sal airosa de la situación. Piensa en el mañana en un futuro exitoso donde habrás dejado atrás esta pareja que ya no funciona, porque como decía mi papá: "lo que no sirve, que no estorbe!".
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