Mi hermano solía pensar que era Superman cuando era chiquito. Se amarraba una toalla al cuello y saltaba de una cama a la otra como si estuviese volando. Afortunadamente, nunca se hizo daño. Un niño de 3 años que estaba jugando a ser Spider-Man el fin de semana pasado en California, no tuvo tanta suerte.
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El chico había estado jugando con otro niño, saltando en una cama justo al lado de una ventana en un apartamento en Anaheim. De alguna manera, el niño desprendió el mosquitero y se cayó de la ventana del tercer piso. La criatura cayó en una maceta y la policía cree que los arbustos y la tierra prácticamente lo protegieron ya que aunque estaba sangrando de la sangre, no sufrió heridas mayores.
Esta historia me impactó bastante no sólo porque, al igual que este niño, el mío también esta a punto de cumplir 4 años, pero también porque a él le encanta pretender que es Spider-Man. He perdido la cuenta de las veces que le he tenido que decir que puede jugar a ser Spider-Man todo lo que quiere, pero que se tiene que acordar que él realmente no tiene los mismos súper poderes.
Odio tener que destrozarle sus fantasías infantiles, pero a mi hijo le gusta trepar y ya lo he atrapado tratando de hacer alguna que otra locura que podría haber terminado en desastre. No me puedo ni imaginar el terror que debe haber sentido la madre de este pequeño al enterarse lo que había pasado. Estoy segura que le está agradeciendo a todos los ángeles que a su hijo no le pasó nada y que el cumpleaños de su hijo esta semana será el más especial de todos.
Imagen vía mrdorkesq/flickr