Secretos para que tus hijos coman saludablemente y crezcan sanos

Alimentarse bien es un hábito que se aprende en la infancia. Muchas de nosotras crecimos comiendo lechuga, cebollas, tomates y brócoli por obligación más que porque comprendiéramos la importancia de ello. Mi mamá me obligaba a comer pimentón y lo odié por muchos años hasta que le di una segunda oportunidad y aunque lo como, no es mi favorito. Hoy la oferta de comida para los pequeños es tan grande, que muchos padres prefieren darles cualquier cosa de comer antes que detenerse a pensar si es beneficioso para su salud. Aunque no los puedes obligar a que se coman un plato de lechuga o una sopa de verduras, si puedes seguir ciertos pasos para educarlos y habituarlos a que coman sanamente.

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Acostúmbrale a que coma en familia y no solo o sola. Mientras realizas otra actividad. Recuerda que eres su ejemplo a seguir, si te ve comiendo pizza, helado o tomando sodas, seguramente esto es lo que va a comer también.  Limita la compra y el consumo de golosinas en casa.

En su lugar, puedes ofrecerles snacks saludables como gelatina sin azúcar, bananas con yogur, fresas con miel, trozos de manzana con mantequilla de maní, jugos de frutas naturales, agua o leche. No lo obligues a comer, ni tampoco utilices la comida como premio o castigo. Es recomendable explicarle por qué debe comer vegetales y los beneficios de consumirlos como el crecer bastante, evitar el padecimiento de ciertas enfermedades o ser muy fuerte.

Si lo llevas al supermercado para que te ayude a elegir los alimentos y le cuentas un poco sobre su historia al igual que sus beneficios van a sentir mayor interés. Algunas madres involucran a sus pequeños en la elaboración de una ensalada o el aderezo. Muchos desarrollan interés por conocer sobre los alimentos y probarlos, de forma natural.  Es importante que limites el consumo de grasas porque les ocasiona sobrepeso y no aporta nada saludable, como las papas fritas, hamburguesas o perros calientes. En lugar de las papitas puedes hacer un puré de papa para acompañar la proteína. Evita agregar azúcar o sal extra a la comida, ni los coloques sobre la mesa.

Prepara un menú semanal junto con tu hijo, pregúntale por lo que desearía comer y oriéntale hacia alternativas deliciosas y saludables, luego llega a un acuerdo. No solamente lo estarás educando sino que sentirá que sus opiniones y gustos son tomadas en cuenta.  Esta es una labor diaria en la que además de tener mucha paciencia debes ser firme y muy constante.

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