Mi hijo Michael cumple 16 años en agosto. Nació sordo y a la edad de dos años se incorporó al mundo de los oyentes cuando recibió un implante coclear. La crianza de un hijo con necesidades especiales ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. ¡No estoy diciendo que ha sido fácil! Han habido muchas lecciones aprendidas y quería compartir 5 de las más valiosas.
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1. El saber es poder: He pasado incontables horas educándome sobre los implantes cocleares, terapia del habla y las mejores herramientas para ayudar a mi hijo a tener éxito. He hablado con especialistas, he asistido convenciones de implantes cocleares y siempre estoy haciendo investigación en línea. Lo más importante es que me he conectado con otros padres que ya han recorrido un camino similar. Estoy constantemente educando a mi familia, amigos, profesores, estudiantes y todo el mundo que rodea a mi hijo.
2. Diagnóstico e intervención temprana: Hubiera sido mejor detectar la sordera de mi hijo cuando nació. Desgraciadamente, no tenían la detección de la pérdida auditiva en ese entonces. En cualquier caso, en el momento en que se le diagnosticó empezamos a tomar decisiones que le cambiaron su vida para siempre. Dentro de 6 meses, mi hijo se implantó y las sesiones de terapia del habla comenzaron poco después. Entre más temprano se diagnostique a tu hijo y le des el tratamiento adecuado, mayores serán las posibilidades de que tendrá éxito.
3. Conviértete en su defensor: Desde que mi hijo empezó la escuela hemos luchado para que reciba el apoyo adecuado, los recursos y los servicios que necesita, en y fuera de la escuela. Pero asegúrate de enseñarles a abogar por sí mismos. ¡Yo siempre les digo a mis hijos que nadie va a luchar más por sus derechos que sus padres o ellos mismos!
4.Darle "normalidad" mediante su integración en nuestras vidas: Nuestra meta principal fue integrar a Michael en el mundo de los oyentes. Es por eso que elegimos ponerle el implante coclear. Él ha estado en clases regulares desde la guardería. Aguantamos años intensos de terapia de lenguaje todos los días. Sabemos que tiene ciertas limitaciones, pero no dejamos que éstas nos impidan que se integre en nuestro mundo. Es importante que viva a su máximo potencial y que logre sus sueños (siempre ha querido ser ingeniero).
5. Lograr un equilibrio adecuado entre el amor y la disciplina: Cuando era niño, Michael pasó por una etapa en la que no quería usar su dispositivo auditivo. El pobre tenía muchas reglas que seguir. Entre la rutina de terapia del habla y otros desafíos que enfrentaba diariamente, yo a veces quería mimarlo con lo que quisiera hacer él. Pero su terapeuta insistía en que siempre se pusiera su dispositivo auditivo. Esto no era negociable. Eso no quiere decir que no lo amaba. De hecho, la terapeuta me decía que la disciplina que necesitaba mi ni sería una forma de mostrar mi amor por él asegurando su éxito para su futuro.
Michael es un joven muy especial. Es inteligente, divertido y generoso. Él es estudiante de segundo año en la escuela secundaria y está entre los estudiantes de más alto rango. ¡Debemos haber hecho algo bien!
Imagen vía Lucia Ballas-Traynor