Cada vez que leo una historia sobre un estudiante universitario que desaparece después de una noche de fiesta, no puedo dejar de pensar en lo peor especialmente ahora que mi hija Carolina se prepara para irse a la universidad. Ella es la primera en mi familia en irse lejos y me costó mucho tomar esta decisión. Sin embargo, siento que los últimos dos años me han preparado para lo que está por venir. Aquí tengo algunos consejos básicos que me han ayudado manejar esta etapa de la vida y el estrés asociado con la adolescencia.
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Comunicación abierta: Trato de no enfocarme en si lo que comparte conmigo es comportamiento apropiado o no. No se trata de juzgar sus acciones, sino de preocuparse por su seguridad y bienestar. Quiero saber dónde está y que está haciendo. Si ella ha estado bebiendo, prefiero que me llame para que la vaya a buscar en vez de manejar mientras está borracha.
Comunicarse por texto: Me encanta el hecho de que los mensajes de texto me permiten estar constantemente conectada con mi hija, y para saber si "todavía está viva." Sé que sueno dramática pero cuando mi hija sale de parranda, me siento como si fuera un asunto de vida o muerte. No se trata de vigilar cada uno de sus pasos. Se trata de saber que está a salvo. Yo le pido que me mande un texto dos veces: cuando llega a su destino y cuando viene de vuelta a casa. No me importa la hora. Además, tengo todos los números celulares de sus amigas. La idea no es aburrirla ni enviarle mensajes a cada rato, solamente hay que establecer una regla y seguirla. La nuestra es: un texto al llegar y otro al salir.
No dejar a nadie atrás: El grupo de amigas de mi hija siempre tiene un conductor designado y siempre se aseguran de que no dejen a nadie atrás. La mayor parte de los casos de niñas desaparecidas involucran a niñas que se han quedado solas, especialmente después de una noche de drogas o alcohol.
Chequee los medios de comunicación social de sus hijos: Cuando me desespero, si no contesta mis mensajes, me meto en el internet para ver que mi hija o sus amigas han publicado en Facebook, Twitter e Instagram. ¡Te sorprendería ver todo lo que comparten los adolescentes con sus "amigos" en todo momento!
Cálmate antes de hablar y no utilices tus estándares personales: Es mejor esperar hasta el día siguiente y pensar sobre lo que vas a decir, de manera racional y no emocional, antes de hablar con tu adolescente acerca de las lecciones aprendidas, o de si es que tomó una mala decisión. También he aprendido a no usar las mismas normas y valores con que crecí aunque siempre trato de reforzar una sólida base moral.
Espero que la confianza y la comunicación que Carola y yo hemos establecido se mantengan cuando parta a la universidad. Más importante aún, espero que ella haya sacado esta fase de experimentación de su sistema para que pueda disfrutar de otros aspectos de la vida universitaria.
Por favor, comparte consejos que te hayan ayudado a lidiar con la crianza de tu adolescente.
Imagen vía Thinkstock