Si notas que las peleas entre tus hijos son un poco pasadas de tono y que uno de ellos está siendo muy agresivo con el otro, podrías estar teniendo un caso severo de bullying o acoso en tu propia casa.
El bullying por parte de los hermanos es tan perjudicial como el ser aterrorizado por los compañeros en la escuela. Así lo determinó un reciente estudio que asoció este tipo de agresión con problemas mentales serios, incluyendo depresión y ansiedad en los pequeños. En la investigación realizada por la Universidad de New Hampshire con 3,600 niños y publicada en la revista Pediatrics, se les preguntó a los pequeños sobre episodios de bullying en su colegio, o con sus hermanos durante el último año.
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Posteriormente, se les midió los niveles de ira y depresión con pruebas estándar. Las agresiones que el estudio consideró fueron, ser víctima de agresión sicológica como burlas e insultos permanentes, agresión a la propiedad como quitarles o destruirles sus bienes, al igual que daños físicos leves y severos.
Los resultados del estudio mostraron que aquellos niños que fueron maltratados por un hermano ya sea física o verbalmente, tuvieron mayores puntuaciones de depresión y síntomas de ansiedad que los que habrían sufrido esos mismos episodios pero en el colegio.
La diferencia es que mientras en las escuelas existe consciencia y planes para prevenir o atacar el problema, en los hogares es diferente. Los conflictos entre hermanos son comunes, y son vistos como normales, especialmente, cuando están creciendo al tiempo. Sin embargo, los especialistas recomiendan saber diferenciar entre las peleas cotidianas y el bullying en el hogar para frenarlo a tiempo.
De acuerdo con el estudio, esto afecta el autoestima de quien lo padece, lo que se puede convertir en depresión.
Un estudio de la revista Child Maltreatment de 2006 asegura que el 35% de los pequeños ha sido "golpeado o atacado" por sus hermanos, varios de ellos de forma grave. La edad más común para las peleas agresivas se da entre los 6 y los 12 años de edad, siendo más frecuentes las que ocurren entre hermanos con poca diferencia de edad.
Es importante que observes cuidadosamente el comportamiento de tus hijos en casa. Lo que a veces puede parecer un simple juego puede resultar en un acto de bullying entre hermanos. Escucha sus puntos de vista para que puedas determinar, si te está ocurriendo en tu propia casa.
Toma las medidas necesarias para detener la situación, no con violencia, ni agresividad sino con inteligencia. Por eso si puedes buscar la asesoría de un especialista en este tema estarás dando un paso importante que puede ser determinante en el bienestar y el futuro de tus hijos.
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