En descargo de Kim Kardashian, voy a decir lo siguiente: si yo hubiera salido embarazada de mi novio, con el que apenas estoy empezando a salir, estando casada con otro hombreel padre de mi bebé me montó cuernos mientras yo estaba en la "dulce" espera; y si el padre de la criatura no me acompaña durante mi preñez, pues segurito que también me lo pensaría dos veces antes de volver a salir embarazada.
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Si viviera de enseñar mi cuerpo y resulta que de repente me empieza a crecer la panza (como a cualquier mujer embarazada) y no sé ni cómo vestirme porque me niego a ser una mujer embarazada normal y corriente y encima la humanidad entera me critica porque estoy gorda, pues claro que tampoco quisiera volver a estar en estado de gravidez.
Si me inyectara Botox cada dos semanas -y no cada 4-5 meses como cualquier mujer que se ponga Botox que se respete-, y por culpa de mi embarazo, ahora tengo que aguantarme en el espejo -porque en la tele nunca me vieron nada- con una que otra "línea de expresión", pues también estaría amargada y no querría tener más hijos.
Si encima durante el embarazo los pies se me hinchan no como a un elefante, sino como a cualquier mujer embarazada que retiene líquido, pero yo me empeño en no bajarme de unos tacones de cinco pulgadas, claro que tampoco quisiera llevar el "peso" de un hijo en mi vientre otra vez.
Si por culpa de mi embarazo la nariz y los labios se me hinchan desproporcionadamente y no sólo me siento como una caricatura de mi misma sino que pareciera que además de mi abdomen y mis senos, también mi cara va a explotar, pues seguro que tampoco querría traer más hijos al mundo.
Pero si además todas estas tragedias, una detrás de la otra, me ocurrieran frente al escrutinio público, en un show de televisión donde me ven sin maquillaje, ojerosa y rumiando mis penas, y viera como todos mis padecimientos aparecen una y otra vez en las portadas de todas las revistas de farándula y del corazón del planeta, pues claro que tampoco quisiera otro embarazo.
Por todo lo dicho, no me sorprende que Kim Kardashian haya dicho que no quiere volver a estar embarazada más nunca y que si el trabajo de parto es peor que tanto dolor y padecimiento como el que sufrió, pues preferiría ahorcarse o cortarse el cuello con un cuchillo antes que volver a traer otro hijo al mundo.
No estoy exagerando. Así mismito lo dijo Kim en el episodio de Keeping Up with The Kardashians que trasmitió el sábado pasado E!, cuando seguro a la acontecida celebrity le estaban comenzando los dolores que la llevaron al Cedars Sinai Medical Center de Los Ángeles donde finalmente nació su bebita.
Dicho esto, te apuesto lo que quieras que ahora que Kim —quien pasará a la historia como la embarazada más complicada del planeta—, tiene a su bebita en sus brazos, ya se olvidó de tanto quebranto.
Y que a esta hora estará dando pecho y contemplando a su bebé, como cualquier otra mamá del planeta, mientras calcula, eso sí, cuándo será el momento más apropiado para dar a conocer el nombre de la criatura (que seguro comienza con k), si es que no le vendió la exclusiva a una revista.
Imagen vía E!