Según una persona cercana a la realeza británica, al Príncipe William le gustaría que el parto de su esposa, la Duquesa de Cambridge Kate Middleton, sea grabado cuando finalmente le toque nacer al futuro rey o reina de Inglaterra a mediados de julio. Pero, al parecer, a la Duquesa no le gusta nadita la idea. Y es totalmente de esperarse. Después de todo, estamos hablando de la futura reina de Inglaterra, quien ya tuvo una mala experiencia cuando una revista publicó fotos de ella topless durante unas vacaciones con su marido.
La entiendo perfectamente bien porque me imagino que la prensa sin escrúpulos estaría dispuesta a pagar lo que fuera por el video de Kate dando a luz. Así que me parece buena idea que no permita que graben su parto.
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Pero eso es sólo porque es una de las personas más famosas del planeta y no porque piense que tenga nada de malo el concepto en sí.
Estoy casada con un hombre que se gana la vida como camarógrafo, así que tener cámaras de toda índole –es decir, de fotos y de vídeo– durante ambos partos fue la cosa más natural del mundo en mi caso. Mi primer parto terminó siendo una cesárea y de eso definitivamente no hay vídeo, pero sí hay fotos. Yo no he podido ver muchas de ellas porque me da nervios. Pero no puedo negar que me encanta ver las fotos del momento en que sacan a mi hija chillando de mi vientre, por más sangrientas que sean.
En el caso de mi segundo parto, recuerdo claramente que mi esposo instaló su cámara en un trípode y dejó que corriera mientras el tomaba fotos de lo que afortunadamente terminó siendo un exitoso parto natural después de una cesárea (conocido como VBAC en inglés). Debo admitir que sólo he visto el video una vez, pero más que nada porque está en uno de esos cassettes chiquitos y siempre me da flojera sacar todos los cables que necesito para verlo. La cámara estaba bastante alejada de la acción, así que no es como se ven todos los detalles, pero me encanta que tengo el primer llanto de mi hijo al nacer grabado en vídeo para siempre.
Por su parte, el Príncipe parece creer que logrará que su mujer cambie de parecer a medida que se vaya acercando más el momento. Yo, sinceramente, lo dudo. Pero qué pena porque creo que es un increíble recuerdo.
Imagen vía Thinkstock
