Cuando la mayoría de las mujeres se enteran que están embarazadas, lo celebran por todo lo alto. Ya sea saliendo a cenar con su familia o con una cena romántica con su pareja o hasta con una fiesta. Pero no Teisha Yvonne Randle. Cuando esta mujer de 27 años __se enteró que iba a ser madre, celebró mezclando alcohol con Percocet –__un fuerte analgésico que sólo se consigue con receta médica– primero en casa de un amigo y luego en una discoteca. Después manejó velozmente por el centro de Minneapolis matando a un transeúnte.
¡Qué manera de celebrar una de las mejores noticias que una mujer puede recibir!
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Randle se declaró culpable de dos cargos de homicidio vehicular criminal por haber matado a Austin Conley, un estudiante universitario de 20 años. La mujer ya había tenido problemas con la ley por conducir borracha y después violar las condiciones de su libertad condicional. El día del fatídico accidente, Randle estaba manejando con una licencia revocada.
Según su abogada defensora, Randle se sintió tan mal después del fatal accidente que decidió abortar ya que sentía que "no podía traer una vida al mundo sabiendo que había acabado con otra". O sea que, en realidad, mató a dos personas.
Por un lado me da pena el bebé que terminó pagando por algo que no había hecho, pero por otro, siento que es mejor que no haya nacido porque con el historial que tiene Randle, quién sabe que clase de vida hubiese tenido.
La procuraduría está pidiendo una condena de cuatro años, lo cual me parece sumamente leve considerando su crimen. Randle será sentenciada el 22 de abril.
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