¿Hasta dónde serías capaz de llegar para que tus hijos entiendan que algo que están haciendo no está bien? ¿Hasta dónde una "lección" puede convertirse en una humillación? ¿Dónde está la línea que divide un castigo razonable y algo tan delicado como lo es la autoestima de tus hijos? Esas son las preguntas que me hice cuando me enteré de lo que esta mamá pretende hacer con sus hijos.
Para darles una lección de vida a los dos, ambos estudiantes de primaria, esta mamá resolvió que usaran en la escuela franelas en las que se leen las palabras ladrón (thief) y acosador (bully). Sólo que las autoridades escolares le negaron el permiso.
En la franela que su propia mamá "decoró" para su niña de 8 años quien al parecer ha estado robando "en Walmart, a los vecinos y de mi monedero", se lee: "Yo robo y robar significa tomar la propiedad de alguien sin permiso de su dueño".
La propia niña dice que usarla sería un recordatorio de que lo hace no es correcto y piensa que con ello dejaría de robar. Según la mamá, su otro hijo, es un acosador e irrespeta a sus compañeros y maestros en la escuela y por eso quiere que vista una franela en la que admita que es un "bully" y lo que eso significa.
De esa manera, la mujer piensa que sus hijos comenzarán a comportarse. La lección que quiere darle a ambos es para que no vayan a parar a un hogar para niños con problemas y eventualmente a la cárcel, cuando sean adultos.
La escuela negó la autorización, porque desaprueban cualquier cosa que "denigre" a los niños. Y yo estoy de acuerdo con la escuela. Créeme amiga que entiendo mejor que nadie a esta mamá que ya lo ha intentado todo para castigar a sus hijos: enviarlos a su cuarto, quitarles privilegios.
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Yo misma estoy ahora viviendo un infierno en mi casa porque al parecer mi hijo de 11 años está experimentado una adolescencia precoz y me está dando más quebrantos de los que creo podré resistir. Como consecuencia por ahora tiene suspendidos privilegios tales como el iPhone, iPod, televisión, video juegos, e incluso esta semana no podrá participar en los juegos de basquetbol de su equipo.
No sabes lo duro que me resulta todo lo que estoy viviendo y muy especialmente porque soy mamá soltera. Pero de ahí a que haga que mi hijo vista franelas que digan que es grosero, que dice malas palabras, que es impulsivo o que es irresponsable, hay mucho trecho.
Los niños de hoy son los hombres de mañana. Y si los humillamos, si lastimamos su autoestima ¿qué estamos sembrando para el futuro? Por eso no estoy de acuerdo con lo que intenta hacer esta mamá, aunque entiendo su frustración que es la misma mía en muchos sentidos.
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