El otro día mi esposa y yo vimos una nueva película de Disney muy taquillera y realmente muy bien hecha. La parte técnica es extraordinaria; la música, los efectos especiales y todo lo cinematográfico es excepcional. Mi única y gran decepción con este tipo de películas es el nivel de violencia. El teatro estaba lleno de niños pequeños y cada vez que había una escena fuerte y violenta, mi esposa y yo nos mirábamos con susto pensando ¿Y esto lo pueden o deben ver los niños?
Coincide que en estos días hemos visto otra noticia dolorosa de una secundaria en el Bronx*.* Los jóvenes participaban en una novatada (conocido como hazing en inglés)– una práctica que ha sido ilegal en el ejército durante muchos años–y se han revelado fotos y correos electrónicos muy gráficos de las golpizas, toqueteos y supuestos juegos de carácter sexual. Quizás lo más triste es que una de las profesoras sabía lo que estaba pasando y no reportó incidente alguno a las autoridades. Hay un joven que lleva dos años en terapia sicológica tratando de recuperarse después de un incidente grotesco hacia su persona y dos jóvenes de 16 y 17 años ahora han sido arrestados con cargos graves. Todo esto en una escuela.
Los padres de familia y los educadores debemos trabajar unidos y en equipo para asegurarnos que nuestros hijos vivan en un ambiente sano y seguro. Es lamentable pensar que los adultos no podamos comunicarle a los menores de edad que sus acciones no son correctas y hasta criminales. Noticias como éstas nos deben hacer pensar sobre el tipo de sociedad en la que estamos viviendo y el tipo de mundo que queremos construir en el futuro.
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De algo estoy seguro: los jóvenes requieren tiempo y atención. Aunque ambos, mamá y papá, trabajen es necesario que comamos juntos y conversemos con nuestros hijos. Quizás, sin darnos cuenta, las películas, vídeos y música que consumen a diario los están convirtiendo insensibles al dolor ajeno y aceptan los actos de violencia como algo "normal". Desafortunadamente, la violencia y las actitudes violentas, se aprenden desde que los niños son pequeños.
Eseñémosles a nuestros hijos acerca del respeto y la paz si es que realmente queremos un mundo de paz y respeto para nuestros hijos.
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