Soy divorciada y a mucha honra. Soy de las que dice mejor sola que mal acompañada, pero también creo que mejor aún bien acompañada. Con esto te digo que soy una firme creyente y defensora del matrimonio como estado ideal para el ser humano y luego de haber experimentado la felicidad conyugal y de ver por ejemplo a mi papá felizmente casado por más de 20 años con su tercera esposa, puedo dar fe de que nunca es tarde cuando la dicha es buena.
Dicho esto, quiero compartir contigo lo que aprendí la primera vez que me divorcié y lo que estoy aprendiendo ahora. A la hora de escoger tu nueva pareja lo más importante es como manejes tus expectativas. Hoy me voy a referir exclusivamente al tema de los hijos. ¿Qué esperas de tu próximo marido? ¿Te conformas con que sea tu compañero o vas más allá y quieres que además el candidato sea el padre de tus hijos?
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La respuesta a esta pregunta es sumamente importante. No importa que mantengas una excelente relación con tu ex esposo y que él siga siendo parte importante de la vida de tus hijos. El hombre a tu lado, debe acompañante no sólo como mujer y amante, sino también como madre y por tanto debería estar dispuesto a ayudarte en la crianza de tus hijos. Con esto lo que quiero decirte es que debería estar dispuesto a ser el padre o padrastro de tus hijos.
Si no está dispuesto, y aún así decides seguir adelante con la relación, entonces debes tener claro que no será de gran apoyo cuando tengas que llevar a tus hijos al pediatra o al odontólogo, o cuando tengas que hacer horas de trabajo voluntario en la escuela de tus niños, o cuando haya que llevarlos a las actividades extracurriculares, por solo citar unos cuantos ejemplos.
Eres tú quien tiene el poder para decidir si un candidato te conviene y para ello no hay nada como manejar tus expectativas. En mi caso particular, como soy mamá soltera de dos varones, uno de los cuales está entrando en la pre-adolescencia, es muy importante que el candidato se comprometa a ayudarme a terminar de criarlos y más específicamente a acompañarme a transitar el duro camino de la adolescencia.
Eso, créeme, me importa más que si el hombre es gourmet y puedo pasarme horas hablando con él de comidas o creando platos o recetas nuevas. Eso me importa más que si fue a Harvard o al MIT o si tiene estudios doctorales. Te diría que el apoyo que pueda darme el futuro candidato en cuando a mis hijos tiene más peso en la relación que cualquier otra cosa.
Puede ser que tus hijos ya estén criados o estén por dejar el nido, en cuyo caso el elemento "figura paternal" no sería tan importante. Sin embargo, que un hombre te quiera a tus hijos y esté dispuesto a apoyarte con ellos e incluso a quererlos como propios, sólo habla bien de él y no resta y en cambio si suma muchísimo.
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