Cuando tenía 23 años y estaba a punto de graduarme de la universidad, me enteré que estaba embarazada. No lo había planificado así y aunque mi novio y yo teníamos varios años juntos, la noticia nos tomó totalmente de sorpresa. Recuerdo que más que feliz, estaba preocupada porque no sabía cómo ni qué iba a hacer, pero de lo que sí estaba segura era que no abortaría. Al final, no tuve que tomar ninguna decisión ya que tuve un aborto espontáneo y perdí a mi bebé una semana después de enterarme que estaba embarazada.
Pero la historia de Callie Mitchell, una joven de 25 años que decidió dar a su bebé en adopción y documentó todo el proceso para el periódico de su universidad, me hizo preguntarme si yo hubiese sido capaz de hacer lo mismo si no hubiese perdido a mi bebé.
Después de leer la historia de Callie, y ver sus fotografías, estoy segura que no lo hubiese podido hacer. Digo, creo que esa es una decisión muy difícil y que sólo se puede hacer cuando estás pasando por ese momento, pero la manera en la que Callie describe lo difícil que fue hacerlo me recalcó que yo no hubiera podido.
Y es que simplemente se me hace imposible imaginar que después de cargar a mi bebé nueve meses en mi vientre decida entregárselo a otra mujer para que sea su madre. Claro que esto es fácil de decir después de haber dado a luz dos veces y haber estado en esta tierra 40 años. Pero lo cierto es que siento que a los 23 años yo ya no era una chiquilla que no podía hacerme responsable de mis acciones.
Creo que aunque hubiese sido extremadamente difícil y aunque probablemente no le hubiese podido dar la vida que yo hubiese preferido a mi bebé, ya que yo recién estaba comenzando, si hubiese puesto todo de mi parte y con el apoyo de mi familia, hubiéramos salido adelante.
No estoy diciendo que dar un hijo en adopción es malo o que no debería ser una opción, pero estoy segura que yo no hubiese sido capaz de hacerlo.
Embedded content: http://youtu.be/T_CKW_BKj9M
Imagen vía Thinkstock
