Siempre han dicho que el segundo hijo es más fácil. En cierta medida, y por lo que va hasta ahora (entrando al tercer trimestre del embarazo), es cierto. Uno es un poquito menos paranoico porque ya tiene una idea general de cómo es todo y encima tiene menos tiempo de pensar cada cosa porque está ocupada con un chiquillo de 2 años que acaba de descubrir cómo escalar cada mueble de la casa.
Sin embargo hay una cosa que sí nos ha parecido más difícil que la vez anterior y es escoger un nombre. ¿Por qué el drama? La verdad es que aunque uno pretenda tomarse el tema a la ligera, más de un estudio ha demostrado la importancia que un nombre puede tener en la vida de una persona. ¡Que es una niña! Más complicado aun.
Al parecer no soy la única que piensa que el nombre de una chica debe cumplir con una lista más larga de cualidades (subjetivas) que los nombres de varones.
Digamos pues que el nombre debe ser bonito pero no demasiado pretencioso; invocar inteligencia pero no que parezca un personaje de la serie "The Big Bang Theory"; ser fuerte pero a la vez que esconda mucha feminidad y por supuesto pensando en el futuro, tiene que ser el nombre de una mujer hermosa y sexy pero no demasiado pues ya sabemos que el estilo "Mystery" tienen muy mal pronóstico.
A todo esto habría que añadir el hecho de que somos un matrimonio multicultural, con dos países, dos idiomas y familias de ambos lados cuya capacidad para pronunciar nombres "puristas" en inglés o español estaría seriamente comprometida. Pídanle a mi mamá que pronuncie "Courtney" o a mi suegra que deletree "Andreina" y tendremos un problema. Dicho de otra manera, debe ser un nombre con variante internacional y lo más parecido que sea posible en ambas lenguas.
Finalmente debo añadir el factor social que aplican a ambos géneros. Comenzando por descartar los nombre de los pequeños de la familia porque seria de muy mal gusto tener un primo clon. Luego están los amigos cercanos que no suelen ser muy amables cuando se trata de robarle la identidad a sus retoños, así que mejor abstenerse. Los nombres populares son generalmente muy lindos pero uno no puede dejar de pensar la inconveniencia de compartir el nombre con otras 5 niñas en el salón de clase. Y por último pero no menos importante, están descartados de entrada todos los nombres de las ex-novias de tu esposo, las novias de tu ex-novios. Dependiendo del caso, la lista a veces puede ser larga.
Ya lo sé, a estas alturas hasta yo misma estoy pensando que es demasiado que pedirle a un nombre. Al final se trata más de escoger algo suficientemente bueno para que no se lo quiera cambiar a los 18 años pero el trabajo real estará en criarla para ser todas esas cosas: inteligente, emprendedora, responsable y sobre todo con mucha capacidad de aceptarse a sí misma con todos sus dones y defectos.
Supongo que este será solo el primero de los muchos retos que vienen con convertirse en madre de una niña. Dicen que las mamás son mas exigentes con las hijas que con los hijos, por el mismo hecho de verse reflejadas en muchas de las experiencias por venir. Lo único que espero es que, llegado el tiempo, pueda aprender a respetarla por lo que es y no por lo que yo espero que sea. Claro, si para entonces tenemos un nombre, todo será mucho mas fácil. Así que si alguien tiene alguna idea del nombre ideal, bienvenida sea.
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