Yo nunca me hice ninguna prueba prenatal para averiguar si mis bebés iban a nacer con algún trastorno genético como el síndrome de Down. (Es más, con mi primer embarazo, ni siquiera quise averiguar si iba a tener un niño o una niña.) Aunque puedo entender porque muchas mujeres deciden hacerse estas pruebas prenatales, la verdad es que yo no quería tener que decidir qué hacer si me hubiesen dicho que mis hijos iban a nacer con algún problema genético. Pero para muchas futuras mamás la idea de enterarse lo más temprano posible es una gran noticia.
Ahora esto es posible gracias a una nueva prueba prenatal que se puede hacer a las 10 semanas y no es invasiva como las que se usan generalmente.
Por un lado, puedo ver cómo el enterarse lo antes posible puede darle más tiempo a los futuros padres para preparase para lo que se les viene encima. Para educarse en cuanto al tema y buscar ayuda de quienes están entrenados para lidiar con este tipo de situaciones.
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Pero por otro lado, también se me hace que esta prueba podría ayudar a muchas parejas a no tener que esperar tanto para decidir si es mejor abortar. Claro que no hay nada de malo con eso ya que cada persona es libre e independiente de hacer lo que quiera con su cuerpo. Pero me imagino que mucha gente va a estar en contra de esta nueva prueba por esto mismo.
Y para aquellos que no se pueden esperar hasta el cuarto o quinto mes de embarazo para saber si van a tener un niño o una niña, esta nueva prueba prenatal también es para ellos. Ya que además de chequear por trastornos genéticos la prueba también puede indicar el sexo de tu bebé a las 10 semanas. Lo único malo es el precio: $2,000.
Image via Trevor Bair/flickr