Las 3 maneras en las que ser madre me ha cambiado

No fui una de esas chicas que soñaban en convertirse en madre. Siempre supe que quería tener hijos, pero no era algo que quería que pasara justo después de casarme. De hecho, mi marido y yo esperamos cinco largos años antes de tener nuestro primer bebé. Y no me arrepiento. No es secreto que ser madres nos cambia la vida para siempre, pero debo admitir que hay algunas cosas que han cambiado en mí que jamás me imaginé pasarían con la maternidad. 

Permítanme compartir con ustedes 3 maneras inesperadas en las que ser madre me han cambiado y a ver si a ustedes les ha pasado algo similar… 

  1. Soy más cariñosa que nunca: Jamás pensé que podía sentir tanto amor por alguien. Y aunque antes no era muy afectuosa, desde el momento en que nació mi primer bebé me la paso besando, abrazando y mimando a mis hijos todo el tiempo. Además, me encantan que ellos me besen y me abracen a mí también. 

  2. No necesito tantas horas de sueño como pensaba: No dormir lo suficiente es una de las cosas que más me preocupaban acerca de la maternidad. Siempre me ha gustado dormir y encima soy noctámbula, lo que significa que estaba acostumbrada a dormir hasta tarde, muy tarde. Aunque parezca increíble, he aprendido a funcionar con unas 6 ó 7 horas de sueño (a veces menos) y hemos sobrevivido. Así que supongo que no es necesario que dormir tanto después de todo.

  3. Ya no tengo miedo de ver sangre: Siempre fui bien quisquillosa en cuanto a heridas, cortadas y cualquier cosa relacionada con la sangre. Al convertirme en madre, me imaginé que esto tenía que cambiar, aunque la idea se me hacía imposible. No fue hasta que mi hija le rajó la cabeza a mi hijo con un juguete que me di cuenta que soy más fuerte de lo que pensé. En vez de volverme un ocho me encargué de limpiar toda la sangre y asegurarme que mi hijo estuviera bien.

 

Imagen vía molly_darling/flickr