Niño de 8 años clama: “Si pudiera cambiar algo en el mundo, no habría rifles de asalto”

Hay papás y mamás que optan por meter la cabeza como el avestruz en la tierra y negar la realidad. Yo soy de las que prefiero confrontar a mis hijos de 9 y 11 años con esa realidad no importa cuan terrible sea. Por eso en mi casa hablamos abiertamente de la masacre en el cine de Aurora, en Colorado, del tiroteo en el centro comercial en Portland, Oregón, y por supuesto de la masacre en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut. 

Negar estos tres episodios habría sido una estupidez porque si algo tienen mis niños es que tontos no son. Están al corriente de lo que ocurre en nuestra comunidad, en nuestra ciudad, en nuestro estado y en nuestro país. Por eso prefiero ser siempre yo quien hable con ellos de cualquier tema, por escabroso que sea . Así dejo la siempre la puerta abierta y se forman en el hábito de que cuentan con su mamá para hablar de lo que sea. No sólo es mi manera de tender un puente de confianza entre ellos y yo. Es también una forma de que todos nos mantengamos informados y discutamos los temas que nos angustian.

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Por eso, cuando encontré en el Huffington Post  el ensayo que sobre los rifles de asalto escribió Coleman Glasser, un niño de tercer grado y quien tiene 8 años, uno más que el menor de los míos, decidí traducirlo y compartirlo contigo. El ensayo, fue una asignación de su escuela y Coleman lo escribió en clases. Cuenta su abuelo que después de la masacre de Newtown, el chiquito estaba reticente a ir al colegio por temor de que alguien armado disparara.

Este ensayo prueba que no podemos tapar el sol con un dedo, ni meter la cabeza en la tierra como el avestruz. Prueba que nuestros hijos piensan, sienten, se angustian, tienen miedo y también tienen opiniones muy claras sobre lo que está pasando a su alrededor. Pero además, en mi caso particular, plasma lo que pienso sobre esta manía que tenemos en Estados Unidos de estar armados hasta los dientes y donde comprar un arma, incluyendo un rifle de asalto, es casi tan fácil como comprar un par de zapatos.

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Dicho esto, comparto el ensayo de Coleman, un niño como el tuyo o el mío, y lo que siente y padece sobre el tema de las armas en nuestro país y abrigo la esperanza de que esta pieza, impecable, llegue a los ojos de quienes pueden hacer que las cosas cambien en nuestro país. 

"Si yo pudiera cambiar algo en este mundo, no habrían más rifles de asalto. Excepto para los solados. Los rifles de asalto sor armas enormes que disparan muchas balas muy rápido. Pueden ser peligrosos si no estás a salvo o si no sabes lo que estás haciendo. Las tiendas no deberían vendérselos a la gente común y corriente. Por eso creo que no debería haber más rifles de asalto.

 "Prohibir los rifles de asalto sería es muy importante para mí porque entonces no estaría tan asustado cuando voy a la escuela, al cine o al centro comercial. Entonces dejaría de pensar que alguien va a aparecer y a matarme. Entonces el mundo sería un lugar pacífico.

 "Todo el mundo debería pensar que prohibir lo rifles de asalto es una buena idea porque habría más gente en el mundo. Entonces la gente no tendría miedo de salir de sus casas. Entonces la gente sería más feliz y alegre en lugar de triste y afligida.

 Coleman Glasser – Tercer grado"

Imágen vía Getty Images