Después de haber visto el bebé que vino al mundo en un autobús en China, asistido solamente por su propia mamá, confieso que ya nada en esta materia me sorprende. Sin embargo, cuando me enteré del bebito que "resolvió" nacer en el túnel Holland que comunica Nueva Jersey con Manhattan, me dije: así es la vida y sólo Dios sabe cuándo nacemos y cuándo nos vamos de este mundo.
La mamá de Nassim Mohammed Elkarhat iba con su esposo en el asiento delantero de un Cadillac y de repente, con seis semanas de anticipación, el bebito se adelantó a nacer.
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Por fortuna, dos funcionarios de la Autoridad Portuaria de Nueva York-Nueva Jersey asistieron a Soukaina Nekhlaoui para que la criatura, de abundante cabello oscuro, pudiera ver las luces de la Gran Manzana.
Nassim Mohammed vio ciertamente la luz al final del Holland Tunnel y estaba azulito cuando salió del vientre de su sorprendida mamá. El papá, Abdel Ekhartat, pedía desesperado ayuda. Y la pareja tuvo la bendición de que los oficiales de la Autoridad Portuaria fungieran de parteros en plena vía.
Uno de los oficiales, devenido en enfermero y con experiencia en este tipo de partos "sorpresa", asistió al bebé para que respirará hasta que Nassim Mohammed abrió sus ojos inmensos.
Su mamá no podía creerlo cuando lo escuchó llorar sano y salvo. Se lo puso en el regazo y los oficiales le suministraron oxígeno, y luego le cortaron el cordón umbilical. Acto seguido y como quien no entiende tanto alboroto, el pequeño Nassim Mohammed se quedó dormido.
Posteriormente, la familia completa fue trasladada a un hospital en el centro de la ciudad a donde los oficiales de la Autoridad Portuaria fueron a llevarle al pequeño Nassim Mohammed una gorra de los Yankees de Nueva York, como corresponde a todo neoyorquino que se respete.
Imagen vía Port Authority of New York and New Jersey
