Dime cómo eres y te diré lo que tu pediatra piensa de ti

Si eres como yo, la ida al pediatra es precedida por horas de autocrítica. Será que el niño está muy gordo, o flaquito, será que tiene muchos moretones en el cuerpo, será que la está bien bañado, a ver las uñas. En pocas palabras: ¿Será que lo estoy cuidando bien?  Traducido: ¿Pensará el médico que soy una mala madre?

 El pediatra argentino Alejandro Fainboim decidió abrir una puertita a la mente de los doctores den niños, en parte por ayudar a las mamás, y en parte por autopreservación y escribió el libro "¡Auxilio, somos padres! Manual para no enloquecer (al pediatra)", con la periodista y madre Ingrid Beck.

En el libro, publicado por la Editorial Sudamericana, Fainboim nos cuenta los tipos de madres insoportables que se encuentran los pediatras en la consulta.  Yo descubrí que soy una mamá insoportable mutante, algunas veces por unas cosas y otras por otras. A ver cuál espejo te queda mejor.

La insistente: Es una de esas que no se detiene ante nada. Quiere consultarlo ya y quiere que se le diagnostique al niño ya y que el tratamiento le haga efecto de inmediato.

La tímida: La rige el miedo a molestar. No es insistente, ni hace todas las preguntas necesarias porque no quiere "molestar". No se atreve ni a llamar al doctor fuera de horas de consulta para que no vayan a pensar mal de ella.

La cuestionadora: Nunca está convencida con lo que le dice el médico: cuestiona desde la necesidad de darle flúor al bebé hasta la dosis de antibiótico para una otitis. 

La ocupada: Llama para contar que el niño está con gripe, pero cuando el pediatra le pide que lo lleve al consultorio, nunca puede.

La psicóloga: Creen que su función es hacer feliz a los niños, con lo que no les enseña a respetar límites y son terribles dando los medicamentos según lo indicado.

La empalagosa: No respeta los límites de la relación médico-paciente. Trata a todos como si fuesen sus mejores amigos y vive llevando regalos al consultorio.

La primeriza: Está llena de dudas por su falta de experiencia y consulta con el médico todos los consejos que oye por la calle.

La coquetona: Lleva a los niños al pediatra vestida como para ir a una fiesta o a una cita sexy. Coquetea con el médico y vive pidiendo reafirmación.

La abuela: Literalmente, las abuelas muchas veces son las que llevan a los chicos al médico. Los pediatras las temen porque por lo general creen que saben más que ellos.

La hipocondríaca: Es una mamá alarmista. Molesta al médico con un pequeño cambio de temperatura, una mañana de vómitos o una caída.

Imagen vía Editorial Sudamericana