
Una costumbre que no vi en países como Alemania, España o Estados Unidos; era la de tener una televisión en cada recámara, como se acostumbra en muchas partes de Latinoamérica. Es más, recuerdo que cuando era niña, muchas veces me desvelaba viendo la televisión y, a veces, no podía dormir si no estaba prendida. Por eso, no me sorprende que un reciente estudio realizado por la Universidad de Alberta, haya concluido que los niños con uno o más aparatos electrónicos en su habitación, tiendan a tener sobrepeso y problemas para dormir, como reportó el portal Science Daily.
El estudio fue realizado con más de 3400 niños, de quinto año de primaria, a quienes se les preguntó sobre sus hábitos a la hora de dormir y su acceso a electrónicos a través de una encuesta. La mitad de los encuestados tenían una televisión, un DVD y una consola de video juegos en su cuarto, 21% tenía una computadora y 17% un celular e incluso, un 5% de los examinados, tenía tres tipos de aparatos electrónicos.
Como era de imaginarse, los investigadores encontraron que los estudiantes que tenían acceso a un aparato electrónico, tenían 1.47 veces de probabilidad, de tener sobrepeso, en comparación con los niños que no tenían aparatos en su cuarto. Y ese número se incrementaba hasta 2.57 veces, entre los niños que tenían tres aparatos electrónicos. Además, los científicos hallaron que quienes no tenían tantos aparatos en su cuarto, dormían más horas, lo que hacía que tuvieran más actividad física y mejores elecciones en la dieta, como señala el informe.
Y la verdad es que suena lógico. Entre más tiempo pase un niño sentando viendo la televisión o enfrente de la computadora, será menos probable, que ponga su cuerpo en movimiento o realice cualquier otra actividad física. Lo mismo sucede, si le permiten jugar con sus dispositivos electrónicos hasta tarde, pues seguro tendrá menos horas de sueño.
De ahí, que lo ideal es que pongas horarios y te esfuerces por inculcarles un estilo de vida más sano, pues es preocupante que –como mencionan los investigadores– esta generación de niños, duerma mucho menos que las generaciones anteriores. Pues esto deriva luego, en otros padecimientos, como el estrés o la depresión.
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