Anoche Colorado y Washington se convirtieron en los primeros estados de la Unión en despenalizar el consumo recreativo de la marihuana, una propuesta que choca con las leyes federales que siguen considerando la marihuana como ilegal. Respeto la decisión de los votantes. De eso se trata la democracia. Y ya se encargarán los abogados de darle la vuelta legal a este tema.
No voy a entrar a considerar aquí que cuando se imponen controles y prohibiciones, los mayores beneficiados son siempre quienes manejan los mercados negros (los carteles y capos de la droga, los que comercian con ella, los que se la llevan a los niños en nuestras escuelas).
Tampoco voy a considerar que desde el punto de vista económico la despenalización de una actividad ilegal pudiera tener efectos positivos (al ser legalizada, tal actividad es pechada con impuestos con lo que se generan ingresos fiscales, y por la vía del gasto público, el estado ahorra en gastos derivados del law enforcement incluyendo arrestos, juicios y encarcelamientos).
A lo que sí me voy a referir, como mamá latina y con base en mi propia experiencia, es a los terribles efectos que puede tener el consumo de marihuana sobre nuestros hijos y sobre nuestras familias.
Antes te mudarme al Sur de Florida, viví cinco años felizmente casada en el Sur de California, donde el consumo y comercio de marihuana con fines medicinales es legal desde 1996, el mismo año en que nació el adolescente que protagonizó el capítulo más triste de mi vida.
Fue en el cuarto de ese adolescente donde encontré hace casi un año contenedores vacíos de "marihuana médica" a los que comenzó a tener acceso, ilegalmente, cuando tenía sólo 14 años. Fue "marihuana médica", ilegalmente habida, la que siguió fumando a diario hasta que supe de él, cuando tenía 16. Fue humo de "marihuana médica" el que ilegalmente le echaron en la cara a mi hijo de 9 años, me imagino que intentando convertirlo en otro adicto más. Fueron distribuidores ilegales de "marihuana médica" los que iban a mi casa, sin yo saberlo, una o dos veces por semana.
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Para hacer un cuento largo corto, cuando descubrí lo que estaba pasando a mis espaldas, ya era muy tarde y el muchacho era un adicto. Todos las pruebas de drogas resultaron positivas y en la peor semana de mi vida lo vi experimentar todos los síntomas de la abstinencia que puede sufrir un adicto a la marihuana cuando le falta la droga: ansiedad, paranoia, pérdida de apetito, insomnio, sudores, pensamientos suicidas.
Claro que en mi caso particular el problema no fue si la marihuana era médica, legal o ilegal. El problema fue cómo en el seno de mi familia no logramos ponernos de acuerdo acerca de cómo enfrentar un problema tan grave como lo fue la adicción a la marihuana de un adolescente. Quien era mi esposo pensaba que la marihuana no era cosa seria y yo estaba segura de que estábamos frente a una adicción que ameritaba una intervención médica no sólo del adicto sino de todo el núcleo familiar. Sólo quien ha vivido con un adicto sabe de lo que estoy hablando.
De un día para otro los síntomas de la abstinencia desaparecieron. Y vi a este muchacho transformarse en un demonio. Se me extraviaron dinero y joyas de mi propio dormitorio y después de que mi hijo de 10 años fue golpeado y amenazado de muerte, más nunca volví a sentirme segura en mi propia casa.
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Si todavía tienes duda de la desgracia que puede significar el consumo de marihuana, comparto contigo los datos que aportaron estudios realizados por Duke University y las universidades de Arizona y Siracusa entre otros, que dan cuenta de que el uso persistente de marihuana en la adolescencia parece embotar la inteligencia, la atención y la memoria. Según estos estudios:
- Los adolescentes estadounidenses de hoy son más propensos a usar marihuana que los productos de tabaco. De particular preocupación es la actitud según la cual la marihuana no es es una de las drogas más peligrosas.
- El producto químico psicoactivo primario en la marihuana, el THC o tetrahidrocannabinol, uno de los más de 60 cannabinoides (sustancias químicas únicas a la marihuana), afecta la percepción del pensamiento, el placer, la coordinación, el tiempo y la memoria.
- Los efectos de la marihuana pueden interferir con la atención, el juicio y el equilibrio.
- El consumo de marihuana en la adolescencia, cuando el cerebro está en proceso de desarrollo crítico, puede tener efectos neurotóxicos.
- Las razones por las que los adolescentes pueden ser más susceptibles a los efectos nocivos de la marihuana tienen que ver con la mielina. La "mielinización" del lóbulo frontal no está completamente terminada hasta la edad de 25 años, por lo que el cerebro es más susceptible a los daños causados por neurotoxinas.
Pero además puedo dar fe de que el consumo de marihuana en adolescentes puede ser el primer paso para el consumo de otras drogas duras como la cocaína, el crack, la heroína y otras sustancias.
Imagen vía floresyplantas.net/flickr
