Puedo apostar que la mayoría de las mujeres que conozco jamás le pasaría por la cabeza fumar mientras están en la dulce espera. Sin embargo, sé que casi todas hemos caído – recurrentemente – en la tentación de una bolsa de papás fritas ya sea para calmar las náuseas o satisfacer los antojos por comidas saladas. Se podrán imaginar entonces la sorpresa de muchas cuando salió publicado un artículo que compara los efectos nocivos de comer papás fritas (chips) con las del tabaquismo.
Resulta que un estudio conjunto de varias universidades europeas, analizó la dieta de más de 1.100 mujeres embarazadas en diferentes países, encontrando que las que consumían mayor cantidad de carbohidratos fritos, tenia bebés de menor peso y con la circunferencia de la cabeza más pequeña.
El culpable, según detectaron los científicos, es un químico llamado "Acrilamida" la cual limita el crecimiento del cerebro. Esta sustancia se forma al freír, hornear o tostar alimentos ricos en carbohidratos como papas fritas, bollería y cereales de desayuno. Se estima que la concentración de acrilamida aumenta a mayor temperatura y tiempo de cocción de este tipo de alimentos.
De acuerdo coordinador del estudio, Dr. Manolis Kogevinas, los efectos que puede tener la exposición a altos niveles de esta sustancia en el embarazo son tan peligrosos como aquellos que conocemos del tabaquismo. ¿Y saben lo que es peor? Que el peso al nacer no es una tontería que determina quién tiene el bebé con los cachetes mas grandes, sino que afecta la salud de una persona toda la vida. Niños con bajo peso al nacer son más propensos a tener una estatura reducida, sufrir de enfermedades cardíacas y hasta desarrollar diabetes tipo 2.
Los científicos dicen que esta investigación se realizó como parte de un esfuerzo por localizar sustancia nocivas que están perjudicando a la población de todo el mundo pero que hasta ahora no había sido muy estudiadas. De hecho no fue sino hasta hace poco tiempo que se pudo comprobar que esta sustancia es capaz de traspasar la placenta y afectar el feto, pues han encontrado muestras de esta sustancia en el cordón umbilical.
Una noticia lamentable para todas aquellas con un pastelito en el horno. No sólo porque ahora no podrán matar sus antojos de papás fritas sin sentirse culpables sino porque hace crecer la preocupación sobre que otros alimentos podrían ser dañinos pero aún no sabemos nada de su efecto. ¿La única manera de prevenirlo? Una alimentación balanceada rica en verdura, frutas frescas y sin abusar de los productos procesados.
Imagen vía camknows/flickr