Últimamente se ha hablado mucho sobre la importancia de saber detectar entre líneas cuando un hijo nuestro puede estar siendo víctima del bullying o acoso escolar. Sin embargo, ¿alguna vez te has detenido a pensar que puede pasar por la cabeza de un chico que disfruta molestando a otros? Que tu hijo sea el objeto de burlas de algún compañero duele mucho, pero no es menos cierto que para muchos padres el hecho de que su hijo o hija sea el agresor, es igualmente terrible. Tal vez hasta peor, porque se trata de un comportamiento activo, innecesario y que levanta muchas dudas sobre que clase de crianza le están brindando.
Trabajando desde la perspectiva de que es un hecho complejo y propagado (1 de cada 5 niños admite haber sido acosado o haber actuado como bully en alguna medida), varios investigadores han decidido mirar a los agresores con otros lentes: ¿Son los agresores otro tipo de víctimas? , ¿es su agresión una manera de externalizar algo más grave? Las pruebas está demostrando que sí.
Una reciente investigación presentada en la Conferencia Nacional de la Asociación Americana de Pediatría, demostró que algunos desórdenes como la ansiedad, aumentan la posibilidad de que un chico pueda convertirse en acosador La depresión por ejemplo triplica el chance, mientras que el Trastorno de Oposición Desafiante (TOD) incrementa el riesgo 6 veces.
El Trastorno de Oposición Desafiante, es un trastorno del comportamiento de la niñez y la adolescencia que se caracteriza por conductas negativas, hostiles y desafiantes a un nivel desproporcionado y aunque no se saben sus causas, se sospecha que puedan ser causados por desequilibrios químicos en el cerebro.
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Los doctores no estuvieron sorprendidos al encontrar relación entre está patología y el comportamiento antisocial con sus pares; sin embargo para muchos fue sorprendente que la depresión infantil o juvenil también fuera causante de que un niño tendiera a abusar de otros. Llegaron a la conclusión de que no se trata de una depresión evidente sino solapada. Estos pequeños o adolescentes sobre reaccionan de manera negativa pues siempre piensan que el mundo está tratando de hacerles daño.
Como madre, realmente me contenta que se esté tratando de solucionar un problema como éste desde una perspectiva más holística, entendiendo que el castigo por sólo no basta para este flagelo social que incluso ha acabado con la vida de muchos jovencitos. Para los padres de los niños que se han convertido en abusadores, también es un alivio saber que pueden buscar ayuda para modificar el comportamiento de sus hijos con ayuda de especialistas médicos, sabiendo que si se pone el esfuerzo suficiente se les puede ayudar a superar sus conductas negativas e integrarse de manera sana a la sociedad.
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