Cuando vi el vídeo de una "maestra" que le cae a bofetadas y golpea 70 veces a una niñita de cinco años en una guardería en Taiyuan, China, no pude contener la indignación, ni tampoco evitar recordar que el año pasado tuve que sacar a mi hijo de una escuela pública en el Sur de California porque en pleno siglo 21 y en los Estados Unidos de América, su maestra de cuarto grado les gritaba a los niños en clases, les pelaba los ojos como una poseída y de vez en cuando golpeaba su escritorio con una regla.
Por supuesto que estos casos no son comparables, pero creo que los dos sirven para ilustrar lo que es el abuso de poder. Vamos a estar claras: los maestros, a quienes les confiamos a nuestros hijos, no sólo tienen en sus manos la enorme responsabilidad de transmitir conocimientos académicos. Los maestros son quienes comparten con los padres la gran tarea de enseñar valores, normas de conducta, civismo.
Para cumplir con esas funciones tan importantes, los maestros han sido investidos de autoridad y esa autoridad no es otra cosa que poder. El abuso de ése poder puede ser detestable, como en caso de la maestra que le gritaba a mi hijo, y también puede llegar a extremos dantescos como el de este vídeo.
Nada que haga un niño justifica ser abofeteado de esta manera por nadie, pero mucho menos por su maestra. Según el papá de la criaturita, la maestra incluso patea a los estudiantes. Pero, por Dios ¿en qué cabeza cabe? ¿Qué pasa con la autoestima de un niño que es vejado y humillado de esa manera? ¿Qué valores estamos transmitiendo a nuestros chiquitos?
Yo sólo espero que esa desgraciada, que al parecer trabajaba en una guardería ilegal que según y que ya fue clausurada por las autoridades chinas, pague con cárcel sus malos tratos. Y creo que como mamás debemos estar más atentas ante los abusos de poder contra nuestros hijos, no importa del tamaño que sean ni de quienes vengan. ¿Tú qué opinas?
Imagen vía ABC.es
