Durante tres semanas, atletas de todos los rincones del planeta convirtieron a Londres en la capital del deporte mundial y el pasado domingo, con el apagón oficial que clausuró los Olímpicos del 2012, todos regresaron a casa; algunos con el orgullo de una medalla colgada a su cuello, otros con el sentimiento del deber cumplido y no faltaron quienes cargaron en su maleta la frustración de no haber conseguido sus sueños.
Pero detrás de estos héroes del deporte hay muchas heroínas que se llevan la medalla de oro; aquellas mujeres que sin importar los resultados de los deportistas estuvieron ahí, fieles y firmes junto al cañón, sufriendo, celebrando y sintiendo en sus entrañas paso a paso el desempeño de los grandes: las madres.
Por eso los aplausos y felicitaciones para los deportistas tienen que ser compartidos con sus mamás. Muchas de ellas, al igual que sus hijos pusieron toda su dedicación, disciplina y esfuerzo en busca de una presea y acompañaron a sus retoños en esta travesía deportiva como fue el caso de la madre del cubano Danell Leyva,quien lloró de emoción cuando su pequeño ganó la medalla de bronce en Gimnasia Artística Individual Masculina.
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Y es que no importa la nacionalidad, raza o edad, el sentimiento de una madre, en los logros de sus hijos, es siempre de orgullo y felicidad y es algo imborrable. Es como celebrar aquellos días en que los chicos estaban en kínder, high school o la universidad porque así hoy sean héroes o llenen páginas completas en los periódicos y espacios en los medios, para las mamás ellos siempre serán sus niños.
Estos chicos son ejemplo para nuevas generaciones, demostrando que con la consagración y la entrega se puede triunfar y son reflejo del trabajo y la labor que día a día con cariño y dedicación hacen sus madres.
¡Arriba! Mamás, incentivemos, motivemos e impulsemos a nuestros hijos a practicar algún deporte. No debemos olvidar que el deporte es vida. Así ganen o no ganen en sus competencias, nosotras siempre les colgaremos la medalla de oro en el cuello porque para nosotras nuestros hijos son los campeones.- Libia Gil
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Imagen vía Getty Images
