No puedo creer hasta dónde llega el fanatismo de ciertas personas. Lo digo por el caso de una pequeñita de tres años, que murió tras sufrir "dificultades al respirar" luego de queocho familiares se colocaran sobre su cuerpo para hacerle un exorcismo, como informó El Diario. Los hechos ocurrieron en Malasia, el domingo pasado y según este informe, cuando la policía llegó al lugar, la menor se encontraba tumbada boca abajo, mientras sus familiares la oprimían contra el suelo. Lo más increíble de todo, es que en la habitación se encontraban sus propios padres, su abuela materna, un tío, una tía, dos primos y la encargada de la limpieza de la casa.
¿Puedes creer que nadie hizo nada para salvar a esta pobre chiquita? Sinceramente, no entiendo, cómo es que sus propios padres la llevaron a la muerte y sólo porque creían que un demonio la había poseído. Lo más desalentador del asunto, es que aunque me gustaría decir que, por fortuna, este tipo de cosas no suceden dentro de la cultura latina -pues para nosotros la palabra familia, es sinónimo de amor incondicional y protección- tristemente, un caso similar ocurrió hace pocos meses en México. Como si se tratara de una historia de terror, un niño de 5 años perdió la vista, después de que siete familiares, incluyendo su propia madre, le sacaran brutalmente los ojos durante un ritual satánico, como informó el periódico mexicano El Universal.
Y aunque en este caso, por lo menos el pequeñito sobrevivió al ataque y, por fortuna, recibirá un par de prótesis oculares fabricadas por un grupo de médicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el hecho creó un gran descontento dentro de la sociedad mexicana, pues nadie sabía hasta dónde podía llegar el fanatismo y el grado de ignorancia de ciertas personas, hasta que este pequeñito se quedó completamente ciego debido a las extrañas creencias religiosas de su madre.
Después de conocer estos dos casos, me queda claro, que hay seres humanos que parecen no tener ni una gota de raciocinio. Y es que, aunque cada persona es libre de creer o profesar la religión que prefiera, no es posible dejarnos manipular completamente por estas creencias y, mucho menos, justificar actos violentos en nombre de la religión, pues ante todo, hay que tener sentido común ¿no lo crees?
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