
Me parece un golpe bajo, de parte de mi marido, cuando me dice durante algún pleito, "cada día te pareces más a tu madre". Sabe que me molesta mucho que me diga eso y claramente es la razón por la cual lo hace.
Lo más irónico del asunto es que mi papá le dice lo mismo a mi madre y ella también se enfurece cuando él lo hace.
Pero lo más increíble aún, es que no sólo no tiene nada de malo parecernos a nuestras madres, sino que además es inevitable. La pregunta es ¿por qué nos molesta tanto?
Dicen que esa es una de las "peores" cosas que les pasa a todas las mujeres, un buen día, tarde o temprano, se acaban pareciendo a sus madres.
Yo sentí que le comenzó a pasar a mi madre, cuando la veía elevar la mirada igualito que mi abuela, mientras hacía la cara de "mmmmm" y luego cerraba su discurso con un suspiro. Y le llamo discurso, porque al no decir nada más que "mmmmm", me lo decía todo, de hecho lo sigue haciendo. Igual que mi abuela.
Así es que no hay escapatoria.
Tengo recuerdos de esas conversaciones con las amigas, cuando éramos unas jovencitas que creíamos saberlo todo, decíamos cosas como, "yo jamás me voy a parecer a mi mamá, voy a ser distinta con mis hijos, mucho más liberal"
Hoy en día, todas nos parecemos a nuestras madres.
Apenas tenemos hijos, y nos sale la madre que nos trajo al mundo. Y además el momento en que tus hijos comienzan a crecer y convertirse en personas, arranca un proceso de empatía. Pues llega finalmente el día en que entiendes "el porqué" de todos aquellos: "No te doy permiso" que recibiste de tu madre.
La verdad que debo reconocer el esfuerzo que hizo mi madre al tratar de "domarme", porque yo era rebelde. Aunque mi madre hoy en día encontró su manera de vengarse. Cada vez que puede, me dice: "tu hija Juliana eres tú mejorada y superada", y yo me pongo a temblar.
Por un lado -y en algunos temas- soy evidentemente muy distinta a mi madre, pues los tiempos son otros y, sería absurdo permanecer pensando como ella sobre algunos tópicos. Eso sería negar lo mucho que el mundo ha evolucionado. Pero en otros temas como la crianza de los hijos o en cuanto a los valores y el deslindar lo bueno de lo malo, si me parezco mucho a mi mami.
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Pero la parte buena, es que cada vez que cometo errores y se los cuento frustrada, ella me recuerda que todos cometieron errores alguna vez. De hecho, me dice siempre: "no hay madres perfectas, se hace lo que se puede, mírate tú, me saliste de lo más bien"
Ahí la que hace cara de "mmmm" y pega un suspiro soy yo.
Me gustaría saber qué piensas tú ¿Crees que inevitablemente nos acabamos pareciendo a nuestras madres?
Imagen vía Thinkstock